Las relaciones queer no son exactamente iguales a las relaciones lésbicas, aunque es perfectamente posible que una lesbiana tenga a una persona queer de pareja. De todas maneras, te conviene conocer cuáles son las diferencias más importantes. Te lo explicaré en este artículo…
Relaciones queer: diferencias con una relación lésbica
Las relaciones queer, en lo sexual, tienen diferencias importantes con una relación lésbica. No se excluye la posibilidad de una relación sexual con dos mujeres, pero hay elementos que las convierten en un tipo de vínculo especial. En otro artículo, hablé entre la diferencia entre lo queer y esencialismo lésbico, pero igual viene bien marcar estas cuestiones. Hago hincapié en los siguientes puntos:
1. Apertura a otros sexos
La apertura a otros sexos es, sin duda, el principal elemento de divergencia de lo queer con el lesbianismo. ¿Esto qué significa? Que una persona queer puede tener relaciones con mujeres, hombres, trans o personas no binarias. Obviamente, una relación lésbica se limita a mujeres autopercibidas como tales. Y este punto es fundamental, porque supone una mayor apertura de posibilidades, en principio. Por ejemplo, la pansexualidad o la sapiosexualidad son nuevas cuestiones que rompen con los moldes anteriormente establecidos.
2. Fluidez
La fluidez es otro de los elementos consustanciales a lo queer. No hay una definición previa con la sexualidad de una persona queer, porque puede sentirse atraída por cualquier persona y, lo que es más, no vivir esto como una cuestión fija, sino mutable. La diferenciación principal con respecto al lesbianismo clásico es que, aunque la orientación sexual puede cambiar en algún momento, está más fija porque no se considera una elección.
Una relación lésbica implica que las dos personas tienen atracción únicamente por las mujeres, es una identidad fija. En lo queer, estos límites se pulverizan y son totalmente contingentes porque se consideran obsoletos. A veces, por falta de conocimiento, puede haber confusiones, por eso recomendamos documentarse antes para entender cada fenómeno. Muchas veces, no se ha entendido y esto ha traído consigo problemas.
Ojo, la mutabilidad en la atracción no estaría reñida con una relación de pareja estable o monógama, en principio. Simplemente, existe esta circunstancia y no hay apriorismos. Una persona queer puede establecer sus acuerdos igual que una lesbiana sin mayores problemas.
3. Definición de la percepción de género
Otra de las cuestiones diferencias entre lo queer y el lesbianismo es la definición de los roles de género. Por definición, una mujer lesbiana se autopercibe como tal y tiene una definición de género clara, más allá del rol que quiera asumir. En cambio, una persona queer no tiene por qué autodefinirse o autopercibirse como mujer; en este caso, podemos hablar de la elección de género asignado de cada persona. La percepción, reconocida en la Ley Trans, es un elemento que genera derechos, pero que obliga, sobre todo a las personas de una cierta edad, a reevaluar planteamientos anteriores.
Las relaciones queer suelen basarse en elementos que no están preconcebidos. Ahora bien, esto no impide que haya numerosas parejas entre mujeres queer y lesbianas. ¿Has tenido alguna experiencia de este tipo? Cuéntamelo en comentarios.
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