En tiempos de identidades abiertas y fluidas, es normal que hablemos del concepto lesbiana bisexual y queer. Sí, estas realidades siempre han existido, pero ahora que se visibilizan, vale la pena que digamos, ¿qué tenemos en común y qué nos diferencia? Así que vamos a echar un vistazo…

Lesbiana, bisexual y queer: qué somos

Antes de nada (tengo que decirlo 😉 ), aclaro que el proceso de asunción de una orientación sexual puede tardar más o menos, y que eso está bien. No hay que tomar estas definiciones como algo excluyente porque es posible que, en un determinado momento de nuestra vida, consideremos que estamos encuadradas en una categoría y que, luego, la maticemos. Esto, que algunas personas homófobas utilizan contra nosotras es, simplemente, el resultado de la maduración vital de cada una, a veces estresante y dolorosa, hasta encontrarnos cómodas con lo que somos.

El punto en común principal es que, en cada uno de estos casos, una mujer se puede sentir atraída por otra mujer, chimpún. Ahora bien, los caminos son distintos, así como las motivaciones y, sobre todo, la autopercepción. Y ahora que ya os he dado un poco la chapa, vamos con cada caso:

Lesbiana

Una lesbiana solo siente atracción física hacia otras mujeres. Obviamente, esta atracción física puede derivar después en atracción afectiva romántica, pero distinta a la que siente por una amiga. Lo podemos resumir diciendo que, de un tío, solo podemos ser amigas o familia, nada más (y nada menos). Y, para una lesbiana, esta es una identidad sexual fija y que está definida claramente. Muchas lesbianas lo resumen así: «no elegimos que nos gusten las mujeres, simplemente nos gustan y punto». Y muy bien que está, ¿verdad? 🙂 

Bisexual

Las mujeres bisexuales pueden sentir atracción física indistintamente por otras mujeres o por hombres. En este sentido, hay una versatilidad asumida como algo natural. Obviamente, esta atracción física, en principio, también podría ser afectiva, dependiendo de la persona.  Aquí tenemos la asunción de esta doble vertiente, que, ojo, puede estar más marcada hacia un sexo que otro (aquí habría muuucho que contar, y cada persona es un mundo). De todas formas, también se asume como una condición natural y biológica. 

Queer

Una persona queer puede tener distintas atracciones, tanto a mujeres como a hombres como a trans o personas no binarias. Pero sí hay un elemento que destaca: que la orientación sexual es un constructo social. Por lo tanto, esta es susceptible de cambiar. Es habitual que una persona queer se considere a sí misma fluida, en tanto en cuanto no presupone atracciones y vive esas variaciones de forma natural. Estudios como el de la Escala de Kinsey han contribuido a esa percepción. Este punto es muy importante porque implica una reflexión filosófica previa y una asunción personal. 

Cuando hablamos de lesbiana, bisexual y queer tenemos que dejar algo claro: puede haber parejas sexo afectivas entre dos personas de categorías distintas. Por lo tanto, y viendo esto de una forma inclusiva, en la variedad de pensamientos está la riqueza humana, ¿verdad? Al final, es mucho más lo que nos une que lo que nos separa.