El futuro está a la vuelta de la esquina. En 2045, seguro que el mundo ya no será igual. Con tanto avance tecnológico, es fácil pensar que las lesbianas, como el resto del mundo, también habremos cambiado. Aunque, en el fondo, lo que siempre ha sido el amor seguirá siéndolo, ¿no? Pero a lo mejor sí que vemos un par de sorpresas en el camino. ¿Nos pareceremos más a los personajes de una película de ciencia ficción? Pues a lo mejor sí, pero lo de siempre seguirá igual: el cogerse de la mano, las miradas cómplices, los nervios del primer beso.
Ligar en el año 2045
Las apps de citas en 2045 no serán como las conocemos ahora. En vez de ir mirando a lo loco, imagina que entras en una app donde tu cita aparece ante ti en 3D. Una especie de holograma que, si quieres, puedes tocar. Oye, si la cosa va bien, puede que al final hasta se convierta en algo más real, porque no va a ser lo mismo una videollamada que una cita de verdad. Pero bueno, no todo lo que brilla es oro. No falta la amiga que, por más “avances tecnológicos” que haya, no se siente cómoda con eso de tener una cita virtual, y lo que más le apetece es un café en una terraza, con la chica de sus sueños el atardecer.
¿Modificadas y mejoradas?
En cuanto a nuestra apariencia, quién sabe, a lo mejor alguna que otra se atreve a probar algo de biotecnología. Para entonces ya no será raro ver a alguien que se haya retocado por dentro y por fuera, pero no os preocupéis, eso no nos hará dejar de ser quienes somos. Puede que estemos poquito diferentes, con un toque más futurista, pero seguimos siendo las mismas. Es más, quizás ya no importará tanto la estética, y lo que más se valorará será la personalidad. Porque si algo sabemos es que, por muy avanzado que esté el futuro, el amor, el auténtico amor, no se compra ni se vende.
Sentimientos más allá de los píxeles
Sería genial en 2045 pudiésemos compartir nuestros sentimientos de una forma totalmente diferente. Imagina que en lugar de dar un “me gusta” o escribir un mensaje, lo que de verdad compartiésemos fuese lo que sentimos en el momento. Un abrazo, una emoción, esa mariposa en el estómago que nos invade cuando estamos con alguien que realmente nos importa. El amor podría llegar a ser aún más profundo, como si estuviéramos conectadas directamente desde el corazón, sin filtros, sin limitaciones. Aunque, claro, por más que la tecnología avance, hay algo que nunca cambiará: siempre habrá alguna que no se crea lo que ve, y la otra tendrá que explicarle que el amor sigue siendo algo real, de carne y hueso.
A pesar de todo lo que nos depare el futuro, lo bueno es que seremos más libres que nunca. Seremos más visibles, estaremos más empoderadas y el amor seguirá siendo lo más humano que existe.
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