Así que eres lesbiana y estás soltera. Bienvenida eres al maravilloso mundo en el que no tienes que compartir el mando de la tele ni explicar por qué necesitas 27 pares de zapatos. Aquí, en el club de las solteras, somos muy felices de poder tener la libertad de poder comer cereales a las tres de la mañana sin que nadie nos juzgue.
La cama para ti solita (y para tu colección de peluches)
¿Quién necesita una novia cuando tienes una cama gigantesca nada más que para ti? Puedes dormir en diagonal, hacer la estrella de mar o si quieres, invitar a todos tus peluches a una gran fiesta de pijamas. Y lo mejor de todo: no hay nadie que te robe las sábanas o te despierte con sus ronquidos.
Maratones de series sin tener que hacer las capitulaciones de Santa Fe
Olvídate de tener que negociar qué serie ver. Ahora puedes disfrutar de ese dramón lésbico que tanto te gusta sin tener que aguantar comentarios del tipo «¿Otra vez The L Word?». Enciende el microondas, prepara las palomitas, ponte el pijama más hortera que tengas y disfruta de tu maratón sin interrupciones.
El armario es solo para tu ropa
Siendo soltera, tu armario vuelve a ser ese lugar mágico donde solo hay ropa y zapatos. No más camisetas de tu ex ocupando espacio ni tener que hacer hueco para las cosas de otra persona. Ahora puedes llenar ese espacio con más camisas de cuadros. Porque nunca se tienen suficientes, ¿verdad?
Domingos de chicas… ¡Todos los días!
¿Quién dice que los domingos de chicas tienen que ser solo los domingos? Ahora puedes quedar con tus amigas cualquier día de la semana sin tener que dar explicaciones. Brunch, cine, o simplemente una tarde de cotilleo y risas. Ser del club de las solteras te da el superpoder de ser la amiga disponible 24/7.
Experimentar en la cocina (sin testigos)
Y ahora llega el momento de que saques tu lado más creativo en la cocina (y de poder quemarla tranquilamente). ¿Quieres mezclar chocolate con anchoas? ¡Adelante! No hay nadie que te diga que eso es una aberración culinaria. Y si sale mal, siempre puedes pedir una pizza y fingir que nunca pasó.
El baño es tu nuevo spa personal
Olvídate de compartir el baño. Ahora es tu santuario personal. Puedes pasar horas en la bañera, cantar a pleno pulmón mientras te duchas o dejar tus cremas y potingues por todas partes. Nadie va a quejarse de que has dejado pelos en el lavabo o de que has gastado todo el papel higiénico.
El club de las solteras te ofrece un mundo lleno de posibilidades
Ser lesbiana y soltera no es el fin del mundo, es el comienzo de una gran aventura. Disfruta de tu independencia, ríete de ti misma y recuerda: siempre es mejor estar sola que mal acompañada. Y quién sabe, tal vez en una de esas salidas con amigas, encuentres a alguien que quiera unirse a tu maravilloso mundo de libertad. Mientras tanto, disfruta.
Ningún Comentario