Tal vez no te hayas dado cuenta, pero las lesbianas solemos tener una inclinación mucho más marcada que las mujeres hetero hacia la espiritualidad. Esto es algo que no pasa por casualidad, sino que es lógico por la experiencia vital que tenemos. Me apetece hablarte hoy de esto. Quédate conmigo y te cuento cosas.
La espiritualidad y la búsqueda de la identidad propia
Aceptarnos y auto-afirmarnos es un proceso en el que tiene que ver un montón nuestra orientación sexual, y esto, muchas veces, hace que nos cuestionemos quiénes somos. Es una introspección que no solo se limita a nuestra sexualidad, sino que se extiende a otros muchos aspectos.El resultado es un viaje de autodescubrimiento que nos acerca mucho más a la espiritualidad.
Nos intentamos alejar de lo convencional por puro instinto
No es un secreto decir que muchas religiones que conocemos no son precisamente amables ni acogedoras con las lesbianas. Esto hace que muchas de nosotras busquen otras alternativas, como el budismo, el yoga o filosofías New Age. Están ganando adeptos rapidísimo.
Empatía y conciencia social
El simple hecho de ser parte de un grupo minoritario suele hacer que la sensibilidad hacia otras formas de discriminación se vuelva más aguda, por decirlo de alguna manera. Por esa razón, muchas de nosotras desarrollamos una conciencia social muy fuerte que nos lleva a interesarnos por filosofías que fomentan la compasión, la inclusión y la igualdad.
La espiritualidad no es más que la búsqueda de tu tribu
Y esto es así. La espiritualidad también nos proporciona un sentido de comunidad que muchas lesbianas buscan desesperadamente. Para ellas, los grupos de meditación, los retiros espirituales o incluso las clases de yoga se convierten en espacios seguros donde pueden ser ellas mismas sin temer nada.
Es un camino a veces complicado, pero muy personal
Aunque es algo lógico en cierto modo, pienso que es muy importante recordar que las tendencias de las que te hablo no son en absoluto universales. Cada persona es un mundo, y hay lesbianas que profesan la religión católica, otras que son ateas y otras que son protestantes. Naturalmente, hay heteros que son muy espirituales también.
Lo que sí tengo muy claro es que ser lesbiana, con todos sus inconvenientes y sus cosas positivas, suele fomentar una mayor apertura hacia la espiritualidad. No importa si lo haces a través de la meditación, con la lectura del tarot o conectando con la naturaleza de una manera muy profunda, la cosa es dar sentido a tu vida y conectar con algo más grande que tú misma.
Por desgracia, vivimos en un mundo que nos hace invisibles o que nos rechaza, y en este contexto, la espiritualidad es un refugio que permite emprender un viaje brutal de autoconocimiento y una manera de construir puentes hacia los demás. En resumen, es un viaje interior que, paradójicamente, nos conecta más con el mundo que nos rodea.
Cuéntame, ¿alguna vez has tenido una experiencia de este tipo? Te leo en los comentarios.
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