Si hablamos de los orígenes del movimiento LGTBQ+, es imposible no mencionar a Phyllis Lyon y Del Martin. Estas dos mujeres dedicaron más de medio siglo a luchar por los derechos y la visibilidad de las lesbianas y de toda la comunidad LGTBQ+. Y es muy posible que no las conozcas. 

Los inicios de una revolución

Corría el año 1950 cuando Phyllis y Del se conocieron en Seattle. En aquella época, ser lesbiana era algo que se ocultaba, se negaba o se «curaba». Pero ellas decidieron desafiar esas normas. En 1955, junto a otras seis mujeres, fundaron las Hijas de Bilitis (DOB), la primera organización de lesbianas de Estados Unidos.

¿Te imaginas lo que fue esto en los años 50? Era un acto de rebeldía. La DOB se convirtió en un espacio seguro para que las lesbianas pudieran reunirse, compartir experiencias y, sobre todo, darse cuenta de que no estaban solas.

Phyllis Lyon y Del Martin fundan «The Ladder»

Como si fundar la primera organización de lesbianas no fuera suficiente, Phyllis Lyon y Del Martin se atrevieron a dar un paso más. En 1956 lanzaron The Ladder, la primera revista con tirada nacional dirigida a lesbianas en Estados Unidos.

A través de sus páginas, abordaba temas que nadie más se atrevía a tocar: desde consejos legales hasta historias personales. Era como tener una amiga que te entendía cuando el resto del mundo parecía darte la espalda.

Más allá del activismo

Phyllis y Del no se conformaron con luchar por los derechos de las lesbianas. Tenían una visión mucho más amplia. Se involucraron en la lucha por los derechos civiles, el feminismo y los derechos de las personas mayores LGTBQ+. Eran conscientes de que la opresión tiene muchas caras y que todas las luchas están relacionadas.

Un amor que hizo historia

Después de más de 50 años juntas, protagonizaron otro momento histórico. En 2004, se convirtieron en la primera pareja del mismo sexo en casarse legalmente en San Francisco. Aunque ese matrimonio fue anulado poco después, volvieron a casarse en 2008, esta vez de forma definitiva.

Del murió en 2008 y Phyllis en 2020, pero aún se las recuerda por todo lo que hicieron por nosotras. Cada vez que una pareja del mismo sexo se casa, cada vez que una lesbiana encuentra el valor para vivir su verdad, cada vez que alguien levanta la voz contra la discriminación, el espíritu de Phyllis y Del está presente.

La historia de estas dos mujeres nos recuerda que el cambio es posible, pero hay que ser valientes, perseverantes y amar mucho. A una misma, amar a la comunidad y sentir amor por la justicia.

No olvides que gracias a ellas y a tantas otras mujeres valientes, hoy podemos vivir en un mundo que es un poco más libre, un poco más justo. Y recuerda también que, aunque hemos avanzado mucho, la lucha continúa. Porque como Phyllis y Del nos enseñaron, el amor siempre merece la pena.

¿Qué piensas tú?