¿Quién necesita un psicólogo cuando tienes una buena serie de lesbianas? En los últimos años, la televisión se ha llenado de series que nos hacen reír, llorar y, sobre todo, obsesionarnos. Estas series tienen tramas que nos atrapan como un buen meme en redes sociales.
Es como si el universo hubiera decidido que es hora de que todas las lesbianas del mundo tengan su momento… y nosotras, como locas incondicionales, no podemos hacer más que aplaudir mientras devoramos un cacharro lleno de palomitas.
El despertar de la obsesión por las series de lesbianas
Todo comenzó con un simple «¿Has visto esa serie nueva?» y, antes de que te des cuenta, te encuentras maratoneando episodios como si no hubiera un mañana. Las series de lesbianas han conseguido lo que muchos no lograron: captar nuestra atención y hacernos sentir parte de algo más grande.
Personajes que nos roban el corazón sin remedio
Pero hablemos de los personajes. Cada una de estas series nos ofrecen un reparto lleno de personajes que nos hacen reír y llorar al mismo tiempo, y entre ellos podemos encontrar a la sarcástica y encantadora o a la romántica empedernida. ¿Quién no ha tenido un enamoramiento platónico con algún personaje? Es como si cada vez que vemos a una chica guapa en pantalla, nuestro corazón se pusiera a gritar a lo bestia: “¡Sí! ¡Quiero casarme con ella!” Tengo que reconocer que en mi caso fue Bette Porter, de The L Word.
Y luego está el dilema: ¿te identificas más con la chica que se enamora perdidamente o con la amiga que se convierte en el eterno apoyo moral? Porque, seamos sinceras, todas tenemos un poco de ambas. La vida es una montaña rusa emocional y, gracias a estas series, podemos vivir esas experiencias sin salir de casa (y sin arruinar nuestra reputación).
En las tramas hay amor y drama a raudales
Las tramas son otro punto fuerte. ¿Quién necesita una vida real emocionante cuando puedes ver a tus personajes favoritos lidiar con dramas dignos de una telenovela? Encuentros torpes y las reconciliaciones épicas, cada episodio es una lección magistral sobre el amor… o al menos sobre cómo no manejarlo.
Y luego está el clásico tema del “amor prohibido”. Ahí estamos nosotras, gritando desde el sofá: “¡Chicas! ¡Pero hablad! ¡Comunicación!” Pero claro, eso no vende. Así que seguimos viendo cómo se enredan en malentendidos mientras nos preguntamos por qué nuestras vidas no son tan interesantes como las de ellas.
La comunidad: un club exclusivo
Por último, pero no menos importante, está la comunidad. Las series de lesbianas han creado un espacio donde podemos compartir memes, teorías locas e incluso especulaciones diversas (sí, lo sé, todas hemos caído en eso).
Así que aquí estamos, atrapadas en esta obsesión por las series de lesbianas. Nos hacen reír, llorar y soñar. Y aunque sabemos que es solo ficción, hay algo que gusta en ver historias que reflejan nuestras propias experiencias. ¿Cuál es la última serie que has visto tú? Cuéntamelo en los comentarios.
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