Siendo honesta, tengo que decirte que esto de butch y soft butch es como cuando te vas a comprar unos vaqueros. Te puedes comprar los que te cortan la circulación de lo ajustados que son o los que son super cómodos, vamos, que te los pones siempre. Pues algo así pasa con este tema, pero en versión lesbiana

Butch o la encarnación de lo masculino

¿Tienes alguna amiga con el pelo rapado, botas militares y con actitud de comerse el mundo? Vamos, que si la ves por la calle piensas que es un tío. Pero vamos, que a ella eso le da igual. De hecho, le hará gracia. Son las que abren las botellas de vino cuando nadie encuentra el sacacorchos, y lo hacen con los dientes. Y se quedan tan panchas. 

Estilo y actitud

A la lesbiana butch le encanta su aspecto masculino. Su armario está lleno de camisas de cuadros, vaqueros y botas. Son fuertes y seguras y no tienen miedo de demostrarlo. 

Soft butch es la mezcla perfecta

Ahora bien, estas son las personas que un día llevan un traje de chaqueta y al día siguiente vaqueros rotos y camiseta de Ramones. Son camaleónicas. Igual llevan una camisa de cuadros, que una falda. 

La fluidez en la identidad

Yo creo que se puede decir que la soft juega al Tetris con los roles de género, encajando piezas tanto masculinas como femeninas. La principal diferencia con la butch es que su expresión es un poco más suave. Si fueran helados, las butch serían de chocolate negro al 99%, mientras que las soft serían como un helado de stracciatella: mayormente vainilla (femenino) con trocitos de chocolate (masculino).

Más allá de la apariencia

Pero ten en cuenta que esto no solo tiene que ver con la ropa que llevas. Es la actitud vital. Mientras que la butch se puede sentir la parte, digamos, protectora en una relación, la soft puede alternar entre protectora y protegida. Vamos, que a veces llevas tú el ritmo y otras te dejas llevar. 

Aunque no nos gusten, las etiquetas son muy importantes

Y ahora te voy a contar un secreto a voces. En realidad las etiquetas son como el horóscopo: es divertido para leerlo, pero no deberías tomártelo demasiado en serio. Conozco a lesbianas que son más tíos que los propios hombres un día, y al día siguiente son más femeninas que Marilyn Monroe. ¿Y qué más da?

Lo importante es que seas tú misma y conocer.

Yo siempre digo que lo mejor es no presuponer nada, y si tienes curiosidad, ve y charla un rato con esa persona. Seguro que vas a descubrir más de lo que pensabas. Mucho más allá de las etiquetas, somos personas y tenemos mucho que decir

Y, como en cualquier otro ámbito de la vida, en el mundo lésbico las únicas reglas que son importantes son las que tú decides seguir. Ya está. Sé tú misma, disfruta y que le den a las etiquetas. 

¿Qué piensas de todo esto?