¿No te ha pasado nunca que has escuchado hablar de cosas que te han volado el cerebro? Eso me pasó a mi la primera vez que oí hablar sobre la performatividad de género. Ahora te cuento qué es, pero supuso un cambio importante en mi forma de ver las cosas. Sin lugar a dudas. 

¿Qué es eso de la performatividad de género?

Si lees este blog, seguro que ya has leído otros artículos en los que te hablo de la gran Judith Butler. Me encanta. Y es que esta mujer dice que el género no es algo innato, sino actos y formas de comportarse repetidos. En realidad, es como si estuviéramos actuando durante toda la vida siguiendo un guión. Eso es la performatividad de género

Reflexiones que hace una de mayor

Cuando te paras a pensar, ves ejemplos de estos por todos lados. Cuando eres una niña te enseñan a comportarte como tal: ser amable, cuidar a todos, no levantar la voz más de la cuenta, cerrar las piernas al sentarte… Y la cosa es que, sin darte cuenta, empiezas a seguir todas esas reglas sin cuestionar nada. 

Para mí, es alucinante cómo moldean a las personas estas expectativas de género. Me acuerdo perfectamente la presión que sentía por ser la niña perfecta: cuidar la apariencia y poner a todos por delante de ti siempre. Simplemente, por ser mujer. 

Lo genial de entender este concepto de performatividad de género es que da la oportunidad de hacer preguntas y de cambiar cosas. Si el género es algo que hacemos y no que somos, ¿no se puede hacer de otra manera?

Pequeños actos de rebeldía que te dan la vida

Desde que me di cuenta de todo esto he intentado rebelarme contra las normas de género. No me depilo las piernas, voy con vaqueros cuando quiero, no actúo como debería según las normas sociales. Lo más importante, no juzgo a nadie que no se ajuste a los roles tradicionales. 

Es una forma de autodescubrirme

Sin duda, cuestionarse las cosas puede ser muy positivo. Gracias a la performatividad de género he descubierto cosas de mí que tenía reprimidas y ahora aprecio mejor la gran diversidad de expresiones de género que hay. 

Me imagino cómo sería la sociedad si todos fuéramos conscientes de esto: seríamos más libres, más de verdad y estaríamos menos sujetos a las expectativas basadas en el sexo que recibimos al nacer. 

Creo que es importante entender que la performatividad de género no significa que tengas que negar las diferencias biológicas, sino reconocer que mucho de lo que se considera “masculino o femenino” es una construcción social. De verdad te digo que para mi, la libertad viene de ser consciente de lo que te moldea y de tomar decisiones sobre quién quieres ser. 

Es así de simple y así de complejo al mismo tiempo, ya lo sé. 

Quiero invitarte a reflexionar. ¿Qué cosas haces a diario que refuerzan tu género? ¿Qué cosas te gustaría cambiar para ser una persona más auténtica?