La frase tiene tela. Pero no lo digo yo. Si alguna vez te has planteado qué significa ser mujer, hubo una pensadora francesa que no solo se lo preguntó, sino que le pegó una patada a todo lo que conocemos. Te hablo de Monique Wittig, una escritora y activista que soltó una bomba en el mundo feminista al decir: «Las lesbianas no somos mujeres». Vamos a ver qué quería decir con esto y por qué sigue dando que hablar.

¿Quién era Monique Wittig y por qué armó tanto revuelo?

Monique Wittig vivió entre 1935 y 2003, y vaya si aprovechó su vida. Era escritora, pero no de esas que se quedan en su torre de marfil. No, Wittig estaba en la calle, en las manifestaciones, luchando por los derechos de las mujeres y de la comunidad LGTBIQ+.En los años 70, cuando el feminismo estaba que ardía, Wittig formaba parte de un grupo que se llamaba «feminismo materialista francés«. No te asustes con el nombrecito, básicamente creían que la opresión de las mujeres tenía mucho que ver con cómo estaba organizada la sociedad y la economía.

¿Qué mosca le picó para decir eso?

Cuando Wittig soltó esta frase, más de una se quedó con cara de «¿Qué acaba de decir?». Pero tranqui, que tiene su explicación y no, no estaba hablando de biología.Lo que esta mujer quería decir es que en nuestra sociedad, ser «mujer» significa estar en una posición de subordinación frente al hombre. Es como si hubiera un contrato social no escrito que dice: «Si eres mujer, tu papel es este». Y las lesbianas, al no entrar en ese juego con los hombres, se salen de esa categoría. Es como decir: «Paso olímpicamente de ese papel que me queréis asignar».

¿Y esto por qué es tan importante como para que me lo cuentes?

Bueno, imagínate que de repente alguien te dice que algo que dabas por hecho (como, por ejemplo, qué significa ser mujer) en realidad es una construcción social. Es como si te dijeran que la Tierra es plana, pero con argumentos convincentes. Esto te hace replantearte un montón de cosas:

  1. ¿Qué significa realmente ser mujer?
  2. ¿Cómo afecta esto a la lucha por la igualdad?
  3. ¿Qué pasa con la solidaridad entre mujeres?

Llegadas a este punto es muy posible que te preguntes si las ideas de Monique Wittig siguen dando guerra en los debates actuales. Por ejemplo, cuando se habla de incluir a mujeres trans en espacios feministas, o cuando se discute sobre identidades no binarias. Es como si Wittig hubiera plantado una semilla que sigue dando frutos (y algún que otro dolor de cabeza) algunas décadas después.

Si lo piensas, al fin y al cabo, lo que Wittig nos dejó es una invitación a cuestionarnos las etiquetas. Es como si nos dijera: «Eh, no des nada por sentado. Piensa por qué las cosas son como son y si podrían ser de otra manera». Quizás no tengas una respuesta clara, pero seguro que tendrás muchas preguntas interesantes. Y eso, amigas mías, es el principio de todo cambio.