Vale, colega, vamos a hablar de este tema sin tanto rollo científico. Imagínate que estamos en una terracita tomando unas cañas y charlando sobre la vida. Venga, te cuento.

El lío de «nacer o hacerse»

Mira, esto que si la lesbiana nace o se hace, además de que es una soberana tontería, es como preguntarse si naces siendo del Barça o del Madrid. Al final, es un poco de todo. Hay mujeres que desde pequeñitas ya se sienten diferentes, y otras que un día, sin venir a cuento o verlo venir, se enamoran de su mejor amiga y flipan en colores.

Eso de «salir del armario»

Hay quien dice que salir del armario es como nacer de nuevo. Imagínate que llevas toda la vida pensando que te gustan los tíos porque es lo que «toca», y de repente te das cuenta de que en realidad te ponen las mujeres. Es como si toda tu vida hubieras comido tortilla sin cebolla y un día descubres que con cebolla está de muerte. ¡Menuda revelación!

La sociedad y sus movidas

Claro, luego está todo el rollo de la sociedad. Que si esto está bien, que si está mal… Mira, en España hemos avanzado un montón, pero aún queda curro. Hay sitios donde ser lesbiana es como ser de otro planeta, y en otros es tan normal como preferir la playa a la montaña.

Experimentar no te hace lesbiana

Ojo, que acostarse con una mujer una noche de fiesta no te hace lesbiana automáticamente. Igual que comerte una ensalada no te convierte en vegetariano, ¿sabes? La sexualidad es como un buffet libre: puedes probar de todo y al final quedarte con lo que más te mola.

Cambiando con el tiempo

Y luego está eso de que a veces las cosas cambian. Hay mujeres que han estado con hombres toda la vida y de repente, a los 40, se enamoran de una mujer. ¿Eso qué es? Pues la vida, que da muchas vueltas. No es que se «hagan» lesbianas, es que igual siempre lo fueron y no lo sabían, o simplemente evolucionaron.

Al final, ¿qué más da?

Mira, al final, lo importante es que cada una sea feliz con quien le dé la gana. Si te gustan las mujeres, genial. Si te gustan los hombres, estupendo. Si te gusta todo, pues olé tú. Lo de si naces o te haces… es como preguntarse si la tortilla está mejor con o sin cebolla. Lo importante es que te guste y punto.

Para cerrar el chiringuito

En resumen, esto de la orientación sexual es un mejunje de cosas: tus genes, tus hormonas, dónde te crías, a quién conoces… Es como hacer una paella: cada una sale diferente, pero todas pueden estar buenísimas.Así que ya ves, no hay una respuesta clara. Pero oye, ¿qué más da? Lo guay es que cada una pueda querer a quien le salga del alma sin que nadie le dé la tabarra. Y ahora, ¿nos pedimos otra caña?