No sé si lo recuerdas, pero hace muy poquito te contaba en este artículo la que había leído el Papa Francisco por haber usado un término bastante desagradable. Pues bien, la máxima autoridad eclesiástica ha vuelto a hacerlo. Apenas unas semanas después de que el Vaticano se disculpara por su uso de la misma palabra. El martes 11 de junio, durante una reunión con sacerdotes de Roma, el Papa supuestamente repitió el término «frociaggine», que viene a ser «maricón». 

Según la agencia de noticias ANSA, el Papa afirmó que hay un aire de «frociaggine» en el Vaticano, antes de sugerir que sería mejor que los jóvenes homosexuales no fueran admitidos en el seminario. En respuesta a este último uso del término, el Vaticano destacó que durante la reunión, el Papa también reiteró la necesidad de acoger a las personas homosexuales en la Iglesia, aunque subrayó la necesidad de tener precaución si estos llegaran a convertirse en sacerdotes. A ver, que esto es como es. La iglesia es la iglesia, y sí, no lo pongo en mayúscula. Tanta apertura de esta institución me parece tremendamente hipócrita y falsa. Para mí sigue siendo tan arcaica como hace dos siglos. 

El Papa Francisco lo hace después de una disculpa hace dos semanas

Es verdad que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, y este lo ha hecho dos semanas después de disculparse por ofender al colectivo. Tremendo. El Vaticano emitió una disculpa, insistiendo en que el Papa Francisco es un defensor de la comunidad LGTBQUna leche. Un portavoz de la institución afirma de nuevo que en la iglesia hay lugar para todos, y que el Papa no pretende ofender a nadie. Claro que no, hombre. ¿Cómo puede ofender el hecho de llamar maricón a otra persona? Qué tontería. 

Una historia contradictoria con la comunidad

El Papa Francisco tiene un historial contradictorio de comentarios sobre la comunidad LGTBQ. Desde decir «¿quién soy yo para juzgarlos?» en una charla acerca de sacerdotes homosexuales, hasta apoyar a las personas trans como padrinos, bendecir las uniones del mismo sexo y, más recientemente, usar la palabra «frociaggine». No tiene sentido. Es dar una de cal y otra de arena. ¿Qué ocurre en realidad? ¿Es ese apoyo puro postureo?

Estos incidentes resaltan la tensión y las contradicciones dentro de la Iglesia Católica en su enfoque hacia la comunidad LGTBQ. Por un lado, el Papa ha mostrado una postura más inclusiva y comprensiva en comparación con sus predecesores, haciendo esfuerzos para incluir a las personas LGTBQ en la vida de la Iglesia. Por otro lado, sus comentarios y el uso de términos despectivos generan confusión y críticas sobre su verdadero compromiso con la inclusión y el respeto hacia esta comunidad.

La necesidad de una postura clara y coherente

Este último incidente señala la necesidad de una postura más clara y coherente por parte de la Iglesia y del Papa Francisco en relación con la comunidad LGTBQ. La repetición de términos ofensivos, incluso si no es intencional, socava los esfuerzos de inclusión y aceptación que el Papa ha fomentado en otros momentos. Bueno, ¿qué opinas tú?