La carta de presentación de esta serie no puede ser más impresionante. Fue premiada con el Emmy Internacional a mejor serie dramática y el estreno más visto en Reino Unido. Con la llegada de su segunda temporada, te animo a disfrutarla. Y, con el aliciente de su protagonista lesbiana.
Acción, intriga y una factura impecable
Vaya por delante que Vigil, en cualquiera de sus dos temporadas, es un trepidante thriller. Tiene todos los elementos de una historia en la que se combinan tramas policiales, la intervención de las agencias de inteligencia, asesinatos y conjuras de personajes turbios. Todo ello, aderezado de un trasfondo geopolítico, fiel reflejo de algunas de las situaciones que están protagonizando el panorama internacional actual. Vamos, el menú perfecto para las aficionadas a este tipo de tramas.
En la primera temporada, por si no la has visto, la acción transcurre en el asfixiante ambiente de un submarino nuclear, donde se ha producido un asesinato. En la segunda, recién estrenada a finales de este mes de febrero, la trama se traslada a una base militar de Escocia, en la que tiene lugar un terrible “accidente” que causa la muerte de varios soldados.
Por tanto, no te sientes a ver esta miniserie pensando que vas a visionar una historia de reivindicación de los derechos de las lesbianas. Ni una comedia, ni un melodrama. Vigil es lo que es, una serie de intriga y suspense. Eso sí, con el sello de la BBC y toda la calidad a la que nos tiene acostumbrada la factoría británica.
Una pareja lesbiana de protagonista
Sin embargo, Vigil tiene una peculiaridad que, desde nuestra perspectiva, la hace aún más interesante. Y es que sus protagonistas, la investigadora Amy Silva y la oficial de policía Kirsten Longacre son pareja. Es decir, que la relaciones lesbianas se ponen en primer plano de atención.
Pero, lo que me interesa más todavía es cómo se gestiona este asunto. En pocas ocasiones he podido visualizar una normalización del lesbianismo tan admirable como en esta ocasión. La relación personal se trata exactamente igual que se hace en las series convencionales, en las que es un jefe masculino el que mantiene un vínculo sentimental con una mujer subordinada.
No hay escenas de sexo explícito, pero no se evitan las situaciones afectivas. Se plantean los problemas de cualquier pareja que tiene un trabajo tan exigente y que implica jornadas extenuantes. Además, aderezado con el peligro al que se exponen por su actividad. Por cierto, embarazo de por medio y conflictos con una hija adolescente añadidos.
Siéntate a disfrutar de Vigil, porque muy pocas veces se aúnan tantas virtudes en una serie. Sobre todo, ese paso importante de visualizar con toda normalidad que sus protagonistas sean lesbianas. Reivindicar nuestra integración en la sociedad sin atisbos de discriminación puede hacerse, también, desde la “discreción”. Es decir, sin necesidad de lanzar mensajes directos. Porque, ¿qué hay más directo e impactante que acabar olvidando que la protagonista es lesbiana, precisamente, porque a nadie le chirría ese detalle? O seguir leyéndonos, porque aquí estamos para compartir todo tipo de experiencias.
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