Hoy quiero hablar de esto. Me apetece. Seguro que alguna vez alguien te ha pedido ayuda con un mueble de Ikea. A ver, no sé si es tu caso, pero yo con el bricolaje soy una auténtica negada, sin embargo, mis amigos piensan que con el manual de lesbiana viene una especie de actualización bricolajiano. En fin, que parece que duermo con un martillo debajo de la almohada. 

No, el bricolaje no entiende de orientación sexual

Esto no es más que uno de esos mitos que no se sabe muy bien cómo han aparecido. De verdad que me sorprende mucho que todas las personas que medio me conocen piensen que puedo arreglar una tubería. Bueno, seguro que alguna lesbiana hay por ahí que puede hacerlo, pero lo que es yo… no me llevo nada bien con las herramientas. No obstante, si algún amigo me pide ayuda, allá voy yo, caja de herramientas en ristre lista para la acción. No acepto responsabilidades de ningún tipo, eso sí. 

A mi la sierra eléctrica me da más miedo que ver a las niñas de El Resplandor en medio del pasillo de mi casa. No sé, a lo mejor ya es hora de acabar con esta creencia, ¿no? El estereotipo de que todas las lesbianas somos buenas con las herramientas es, en sí mismo, limitante. Asumir que nuestras habilidades o intereses se pueden generalizar por nuestra orientación sexual no refleja la complejidad y diversidad de nuestras identidades individuales.

La realidad de las preferencias personales

Si entendiésemos que las preferencias de cada persona pueden ser diametralmente opuestas sin tener en consideración la orientación sexual nos iría mucho mejor. Algunas lesbianas seguro que disfrutan como cerdos en el barro con el bricolaje, pero, amiga mía, otras como yo pasan por un calvario cada vez que tiene que poner en casa un enchufe. Oye, que tan bueno y aceptable es lo uno como lo otro, pero esta creencia me parece bastante simplista y maniqueo. 

Por otro lado, creo de verdad que la asociación que se suele hacer entre bricolaje y lesbianas no es más que el reflejo de la perpetuación de los roles de género preestablecidos. Hay que romper con ellos, pero no solo las lesbianas, sino toda la sociedad. 

La diversidad lésbica está presente en todas las facetas de nuestra vida

Y esto es algo que jamás hay que olvidar. Igual que nuestra vida amorosa y familiar es diferente, las preferencias que tenemos en actividades también lo es. Es genial que seas una enamorada del bricolaje, que suspires por un serrucho o por un nivel, pero yo, por ejemplo, prefiero canalizar mi creatividad y poner mi energía en otras cosas, como componer una canción. Ambas cosas son respetables, y también igual de fantásticas. La cosa es que yo estoy más tranquila sin poner en peligro la vida de nadie martillo en mano. 

A ver, que ya sé que esto es una broma, pero toda broma y todo estereotipo tiene una parte de verdad. ¿O no? ¿Tú qué crees?