¿Imaginas que te levantas un día y llamas al trabajo para decir que no vas? Tu jefe o jefa te pregunta qué te pasa y tú le dices que te has levantado lesbiana, que estás enferma y que te quedas en casa para ponerte bien. ¿A que es ridículo? Lo es tanto como la creencia de que las lesbianas necesitamos cura.

Yo creo que vivimos en un mundo que está evolucionando y que va hacia la aceptación y la igualdad, pese a que le fastidie a muchas personas. Por eso, es muy importante que abordemos los estigmas y los mitos que hay en torno a la comunidad LGTBQ

No estamos enfermas. No necesitamos cura. 

Aunque parezca mentira, a las puertas del 2024 (recordemos que en muchas películas en el año 2015 había coches voladores) aún se piensa que ser lesbiana (homosexual en general) es una enfermedad. Es uno de esos estigmas que todavía quedan y que se basan en la intolerancia y en la falta de información. Es algo que nos tenemos que cargar. No estamos enfermas

Como consecuencia lógica, hay muchos y muchas trogloditas que piensan que se puede curar. Y de verdad que quieren hacerlo. Por desgracia, esto lleva a prácticas como las terapias de conversión. Miedo me da hablar de ellas, de las consecuencias físicas y mentales que acarrean. Además, no tienen ninguna base científica. 

La lesbianofobia y sus ramificaciones

La lesbianofobia no es más que la discriminación hacia las lesbianas, y como te puedes imaginar, esto fomenta que se creen y se perpetúen estas creencias. Hay quien argumenta que la orientación sexual se elige, ignorando las evidencias científicas que dicen que no es así. No sé tú, pero creo que hay que romper con estos estereotipos y gritar que somos tan válidas y tan normales como cualquier mujer. 

Fíjate, hay un montón de estudios genéticos y neurológicos que dicen que la orientación sexual está marcada por factores biológicos y genéticos. Así que…

Celebrar la diversidad es lo que deberíamos hacer

Y no percibir a los homosexuales como personas que hay que curar. La riqueza de experiencias dentro de la comunidad nos recuerda la belleza de las personas. Por otro lado, no podemos tener una sociedad inclusiva y respetuosa sin aceptar y celebrar todas las orientaciones sexuales.  

La aceptación y el apoyo son fundamentales para el bienestar emocional y mental de las lesbianas. Quienes sienten que deben esconder su verdadera identidad tienen más riesgo de sufrir ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental. La aceptación incondicional de amigos, familiares y la sociedad en general crea un entorno en el que las lesbianas podemos ser nosotras mismas.

Es obligatorio desafiar los mitos que rodean a la orientación sexual y rechazar la idea de que ser lesbiana es una enfermedad. Con educación se elimina la lesbianofobia y abogando por la igualdad, podemos crear un mundo en el que cada persona, independientemente de su orientación sexual, sea libre de vivir auténticamente y sin temor.

¿Qué piensas tú? Cuéntamelo en los comentarios.