Descubrir y aceptar tu orientación sexual e identidad puede ser un proceso difícil y confuso, especialmente si no tienes muchas referencias o apoyo de tu entorno. En este artículo, compartiré mi propia experiencia como lesbiana y cómo llegué a aceptar y celebrar mi identidad. Espero que mi historia pueda ayudar a otras mujeres a sentirse menos solas o perdidas en su propio viaje de auto-descubrimiento.

Identidad: las primeras señales

Desde que era pequeña, siempre me sentí diferente a mis amigas en términos de intereses y preferencias. Mientras ellas soñaban con príncipes azules y bodas de ensueño, yo me sentía atraída por mujeres en las películas y series que veía. Sin embargo, en aquel entonces ni siquiera sabía que existía la palabra «lesbiana» o que era posible enamorarse de otra mujer. Simplemente pensaba que era una cosa rara y trataba de esconder mis sentimientos.

El despertar

Hasta que entré en la universidad no comencé a conocer y relacionarme con mujeres y a darme cuenta de que mis sentimientos no eran algo malo ni anormal. Aun así, tardé varios años en aceptar completamente mi identidad lésbica, en parte debido a la falta de representación y apoyo que había en mi entorno. Me sentía sola y confundida, y tenía miedo de que la gente me rechazara o me juzgara si se enteraba.

La aceptación

Finalmente, después de mucho auto-análisis y conversaciones con otras lesbianas, llegué a un punto de aceptación y amor propio. Empecé a salir del armario con amigos y familiares, y aunque hubo algunas malas experiencias, también recibí mucho amor y apoyo. Me di cuenta de que no estaba sola, y que había una comunidad de lesbianas que me acogería y me valoraría por quien soy.

La celebración

Hoy en día, me siento orgullosa y feliz de ser una mujer lesbiana. Me he involucrado en comunidades y actividades que me hacen sentir conectada y apoyada, desde grupos de activismo LGTBQ+ hasta eventos de arte y cultura queer. También, me he rodeado de amigos y amigas que me entienden y me aprecian por quien soy, y he construido una vida llena de amor, felicidad y significado. Me casé hace 20 años ya con la mujer de mi vida. 

Retos y desafíos

Aunque me siento muy orgullosa de mi identidad lésbica y he encontrado mucho cariño y apoyo en la comunidad, también sé que todavía existen muchos desafíos y obstáculos para las lesbianas. La discriminación y el odio hacia nosotras todavía son comunes en muchos lugares, y hay luchas importantes que debemos seguir enfrentando, desde el acceso a los derechos y la igualdad hasta la seguridad y protección contra la violencia y el acoso.

Descubrir tu identidad lésbica no es un proceso fácil, pero es algo que vale la pena hacer. Al aceptarte y celebrar quién eres, te abres a nuevas oportunidades y experiencias de amor, amistad y comunidad. Espero que mi historia pueda ser un recordatorio de que no estás sola, y que hay muchas mujeres lesbianas y queer que te apoyan y te valoran. ¡Ánimo y adelante!