Mucho ha cambiado la visión de la homosexualidad, de ser lesbiana o gay, desde los años 80 hasta ahora. No era difícil asistir en televisión a estos debates acerca de la homosexualidad en el que hubiese un activista, un sociólogo, un sacerdote y un psiquiatra. 

A ver, los anteriores, vale, ¿pero el psiquiatra? ¿Qué hacía allí? Bueno, si pensamos que por aquella época la homosexualidad se consideraba una enfermedad mental, tiene su lógica.

Homosexualidad: pecado y enfermedad

El ahora director del Observatorio contra la Homofobia de Cataluña, Eugeni Rodríguez, dice que esos debates estaban articulados en torno al pecado y a la enfermedad. Su objetivo era demostrar que estaban equivocados los que defendían ambas posturas. 

En aquellos años, el SIDA hacía estragos entre la población homosexual, y no existía ni mucho menos la visibilidad que hay hoy en día. 

En este momento fue cuando se produjo un acontecimiento increíblemente importante que pasó completamente desapercibido: el 17 de mayo del año 1990 la Organización Mundial de la Salud eliminó de la lista de enfermedades mentales a la homosexualidad. 

Este hecho no ocupó portadas, ni lo celebraron los colectivos (escasísimos) que existían en ese momento. Sin embargo, los efectos se verían un poco después. 

La discriminación hacia las lesbianas

Uno de esos efectos fue muy simbólico. Desde ese momento, las lesbianas dejaban de considerarse personas enfermas. Sin embargo, la sociedad aún nos consideraba desviadas, personas con un trastorno que debía ser curado. 

Esta eliminación de la lista de la OMS tuvo mucho que ver con la caída de la antigua URSS y de dictaduras de Hispanoamérica que eran muy homófobas. Hasta ese momento, ILGA (Asociación Internacional de Gays y Lesbianas) había pedido su supresión repetidas veces. No olvidemos que la Asociación Americana de Psiquiatría ya había sacado de la lista de enfermedades la homosexualidad en 1973.

El tratamiento que se proporcionaba para curar a gays y lesbianas

No se trata de excluir a nadie, pero hay que tener en cuenta que entonces solo existían las lesbianas y los gays. No se hablaba de transexuales o bisexuales. No había. 

Éramos personas a las que había que curar, y se hacía utilizando técnicas que hoy en día son impensables. Se creía que la homosexualidad era una enfermedad que causaba dolor físico y mental.

El primero que definió la homosexualidad como una perversión sexual fue el psiquiatra Richard von Krafft. Lo hizo en su libroPsychopathia sexualis (1896). 

Entre las técnicas que se utilizaron en todo el mundo para curarnos de nuestra homosexualidad pervertida se encontraban el electroshock, la lobotomía, terapias de conversión que manipulaban las hormonas o el psicoanálisis. 

La situación de los homosexuales ha cambiado mucho

Ciertamente, pero aún hay mucho que hacer. No debemos olvidar que en más de 69 países del mundo ser homosexual sigue siendo ilegal. 

En estas naciones se sigue violando de forma sistemática los derechos de las personas, con total impunidad. Y a mi, particularmente, me parece que esto se sigue produciendo mientras el resto de los países llamados civilizados permanece impasible. 

¿Qué te parece a ti?