Un proyecto para la nueva ley de fertilidad japonesa que podría presentarse este mes en el Parlamento prohibiría los tratamientos de fertilidad a cualquier mujer que no esté casada con un hombre. El proyecto de ley, cuyo título provisional es «Proyecto de ley sobre tecnologías específicas de reproducción asistida», analizado por Human Rights Watch, prohibiría la inseminación artificial y la fecundación in vitro (FIV) a las mujeres solteras y a las parejas de lesbianas. De aprobarse, la ley legalizaría la discriminación contra estas personas.
El matrimonio del mismo sexo está prohibido en Japón
Las parejas del mismo sexo no pueden casarse en Japón bajo ningún concepto. En noviembre, un tribunal de Tokio confirmó la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo, citando la definición constitucional del matrimonio como uno entre «ambos sexos». En junio, un tribunal de Osaka declaró constitucional la prohibición por el mismo motivo. Estas sentencias contrastan con la de marzo de 2021, en la que un tribunal de Sapporo declaró inconstitucional la prohibición, calificándola de «trato discriminatorio sin base racional». A pesar de todo, la última sentencia de Tokio declaró que la falta de protección legal de Japón para las familias homosexuales violaba sus derechos humanos y la Constitución japonesa.
Hasta esta nueva propuesta de ley de fertilidad japonesa, el acceso a los tratamientos no estaba explícitamente prohibido para las mujeres queer o solteras.
A vueltas con la propuesta de ley de fertilidad japonesa
Las activistas pro-derechos humanos Mamiko Moda y Satoko Nagamura tuvieron a su hijo con esperma donado. En una entrevista con Human Rights Watch dijeron que si la ley de fertilidad japonesa hubiese estado dos años antes, ellas no tendrían a su hijo. También expresaron su deseo de que todas las mujeres puedan acceder a estos tratamientos, y dijeron que esta prohibición solo genera clandestinidad y formas más peligrosas de conseguir esperma.
Los legisladores deben modificar el proyecto de ley de fertilidad japonesa para garantizar la igualdad de acceso a los tratamientos de fertilidad para todas las mujeres. Deben hacerlo independientemente de su estado civil, orientación sexual, identidad de género o expresión de género. Es necesario introducir una legislación antidiscriminatoria que prohíba futuras políticas sanitarias que impidan a las mujeres solteras y a las parejas lesbianas, bisexuales y queer acceder a los tratamientos reproductivos. También es fundamental proporcionar información pública sobre las vías de acceso a la maternidad para las mujeres queer y solteras, incluida información sobre adopción y servicios reproductivos. Por último, deben aprobar un proyecto de ley de reconocimiento parental que incluya a las personas LGTB y reconozca explícitamente la maternidad legal de las madres lesbianas no gestantes.
Sin lugar a dudas, cuando vemos estas noticias procedentes de otros lugares del mundo, nos damos cuenta de la suerte que tenemos en España de que haya una ley que proteja la maternidad de las lesbianas. No pensamos en el gran trabajo que hace falta llevar a cabo fuera y dentro de nuestras fronteras para garantizar este tipo de derechos.
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