Cuando por fin te das cuenta de que eres lesbiana, todo cobra sentido. Vale, ya te has aceptado a ti misma, pero ahora viene una parte que también es tremendamente complicada: la de salir del armario y tratar de que las personas que te rodean te acepten.
Hay que tener en cuenta que desde que nacemos a las mujeres gays, nos enseñan a ocultar todo lo que somos por muchos motivos: por miedo, por ignorancia… Todos nos dicen que debemos ser «normales» o lo que llaman heterosexuales y que para que nadie nos rechace deberíamos actuar de una forma normal. La cuestión es qué es ser normal. Yo, sinceramente, pienso que lo normal es lo que es natural para ti.
Si eres lesbiana y estás cansada de ocultarlo, aquí tienes algunos consejos para salir del armario
Sé perfectamente que no es nada fácil salir del armario.Por esa razón hoy te quiero dar algunos consejos que me habría gustado recibir a mi cuando yo tuve que hacerlo. Toma nota, a lo mejor ya para ti no sirven, pero sí para alguien a quien conoces.
Acepta siempre quién eres
Sin lugar a dudas esto es lo más importante que puedes hacer en todo momento. Para ser feliz debes conocerte, aceptarte y quererte tal y como eres porque si no lo haces tú, ¿quién va a hacerlo por ti? Acepta que tienes fortalezas y debilidades, que eres homosexual y que eso no es un impedimento para ser feliz y para tener una vida plena.
Encuentra a las personas en las que sabes que te puedes apoyar
No, no es ninguna tontería esto que estoy diciendo. El hecho de salir del armario no es para todas las personas igual: hay quien lo pasa peor y, permíteme la licencia, quienes lo llevan menos peor. En cualquier caso, siempre es complicado. Por esa razón puede ayudarte mucho tener una red de seguridad formada por personas en las que confíes y que sepas de buena tinta que van a apoyarte en este momento tan importante de tu vida. Pueden ser amigos o familia, o incluso compañeros de trabajo.
Puedes salir del armario a tu ritmo
Hay algo de lo que mucha gente no es consciente: puedes salir del armario poco a poco, a tu ritmo. No tienes que anunciarlo a bombo y platillo a lo largo y ancho del mundo, sino que un primer paso puede ser contarlo a gente de confianza como tu familia y amigos más cercanos. Poco a poco y cuando te vayas sintiendo más cómoda con la situación puedes ir ampliando el círculo lésbico.
Esto es importante: no tienes porqué responder a ninguna etiqueta
Siéntete libre y celébrate a ti misma. Esto es un consejo que me dio una amiga hace muchos años, y tal vez, el mejor que me han dado en mi vida. Tú eres quien quieras ser, y no tienes porqué identificarte con ninguna etiqueta. En el mismo sentido, tampoco dejes que nadie te diga quién debes ser. Eso lo decides tú, y no debes permitir que nadie te cuelgue un San Benito.
Cuéntame, ¿te parecen útiles estos consejos? ¿Cuáles añadirías tú por tu experiencia?
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