¿Sabes eso que hacemos las lesbianas cuando vemos alguna serie en la tele que nos gusta y decimos eso de «estaría sería mejor si esta mujer fuera gay, y aquella mujer fuera gay, y esta otra mujer de aquí fuera lesbiana»? Bueno, amiga, tengo buenas noticias para ti: cuando veas la nueva comedia de Hulu, Reboot, ese eterno deseo se hará realidad. Porque básicamente todas las mujeres de esta serie son, de alguna manera, ¡homosexuales! ¡Sorprendentemente gay! ¡Hilarantemente gay! Subversivamente gay. Es un caos lésbico absoluto que me dejó aullando y aplaudiendo y, en un momento dado, pateando los pies extasiada como una mujer de dibujos animados de los años 50.

¿Qué es Reboot?

De una forma muy somera, Reboot es una comedia moderna de una sola cámara sobre el equipo que ha decidido rehacer la clásica comedia familiar de varias cámaras, Step Right Up. El cerebro detrás de la idea es Hannah (Rachel Bloom), una treintañera amante de los cárdigans, que ha aprovechado el éxito de su éxito indie, Cunt Saw, para reunirse con Hulu y convencerles de que le den Step Right Up. Quiere recuperar la serie, pero con un toque de humor. Eso es suficiente para convencer a los protagonistas originales de la serie -Reed (Keegan-Michael Key), graduado de la escuela de teatro de Yale, Bree (Judy Greer), Clay (Johnny Knoxville), un cañón suelto rehabilitado, y Zack (Calum Worthy), un niño actor adulto- de que vuelvan a la serie. 

Reboot es una parte de BoJack Horseman (con chistes de béisbol sobre Hollywood), una parte de comedia familiar (al fin y al cabo, es obra del creador de Modern Family, Steven Levitan), una parte de Arrested Development (con las travesuras realmente desquiciadas de un grupo de narcisistas que no puedes evitar amar) y una parte de Nick at Nite. Parece un lío enrevesado, pero Reboot es sorprendentemente ajustada para una primera temporada. Cada capítulo funciona a la perfección. 

No todo es de color de rosa

El único problema es que el creador de la serie, Gordon (Paul Reiser), aún posee los derechos de la misma. Si se va a emitir de nuevo, él va a formar parte de ella. Así que acepta codirigir la serie con Hannah, que resulta ser la hija que abandonó para construir la nueva familia en la que se basó Step Right Up. Ella llena su lado de la sala de guionistas con zillennials despiertos y él llena su lado de la sala de guionistas con veteranos de la industria Boomer cascarrabias (¡pero adorables!). Lo único en lo que están de acuerdo es en que tropezar con un cubo de basura es divertidísimo, en cualquier circunstancia.

El principal acierto de la serie es darle la vuelta a los viejos temas televisivos para mostrar lo mucho que ha cambiado el mundo desde las castas y estériles comedias televisivas de finales de los 90 y principios de los 2000, y en ningún sitio es más evidente que en el hecho de que, como he dicho, todos son homosexuales.

Si la has visto, ¿qué te ha parecido?