En Belgrado se han reunido miles de personas para manifestarse contra la celebración del Europride en la capital serbia, previsto para el mes de septiembre. La protesta estuvo precedida por las declaraciones del obispo ortodoxo de Banat. El religioso ya se había hecho oír días antes lanzando una maldición a todos los que asistiesen al evento LGTBI. Incluso aseguró que si tuviese un arma, la utilizaría para detenerlo.

Serbia: un país especialmente homófobo

Los partidarios de la extrema derecha nacionalista del país han añadido que la protesta no es solamente contra lo que han llamado Orgullo de la Euro-OTAN. Afirman que se han manifestado también para apoyar a Rusia y para reivindicar el mantener las regiones de Metohija y Kosovo. Todo un batiburrillo de reclamos, fruto de la intensa crispación política que se está viviendo en Europa.

Será la primera vez que el Europride se celebra en un país del este de Europa. Tendrá lugar dos décadas después del primer Orgullo de Belgrado, y 11 años después de los disturbios anti LGBT en la capital Serbia. En octubre de 2010 los manifestantes homófobos fueron interceptados por 5000 policías antidisturbios, que llegaron a utilizar gases lacrimógenos y balas de goma. Fue un día muy violento, aunque afortunadamente no hubo muertes. La marcha había sido pospuesta desde 2009 debido a las fuertes amenazas recibidas. Más de una década después, parece que la sociedad sigue en el mismo punto, y la situación se repite.

Varios miles de personas contra el Europride

El pasado 14 de agosto, se llegaron a reunir entre 5.000 y 10.000 personas (ya sabemos que los números varían según la fuente), en las calles de Belgrado para protestar contra el Europride. Las pancartas mostraban lemas como «Mantened vuestras manos alejadas de nuestros hijos», «No renunciamos a los lugares sagrados» o «¡No queremos un desfile gay ni la ocupación por parte de Occidente!». No es el único país de este de Europa que asocia el movimiento LGBTI con la “occidentalización” de sus costumbres y tradiciones. Rusia, Ucrania o Polonia, recurren al mismo argumentario para incentivar la intolerancia entre la población.

Unos días antes, el obispo ortodoxo de la región de Banat (que abarca zonas de Serbia, Hungría y Rumanía), llamado Nikanor Bogunović expresó su indignación por el Europride en Belgrado. Según sus palabras, los participantes profanarían la ciudad, una ciudad santa. Además, amenazó con lanzar una maldición a todos los participantes y a los organizadores. También aseguró que si fuese un arma la emplearía. Estas palabras han sido tomadas como un ataque directo a la primera ministra del país, Ana Brnabić, de origen croata y abiertamente lesbiana.

La manifestación contra el Europride fue convocada por la Asociación para la Preservación del Alfabeto Cirílico «Dobrica Eric» y varios grupos ortodoxos. El lema escogido fue «Para proteger a la familia». Nos resulta familiar, ¿verdad? Varios partidos como Dveri, liderado por Boško Obradović han felicitado la iniciativa en sus redes sociales.

La situación para el colectivo LGBTI en Serbia es muy delicada, como vemos. Y es muy probable que durante el Europride vuelvan a sucederse enfrentamientos violentos.