Hace poco he leído un artículo bastante interesante en Psychology Today que decía que no siempre se es gay o lesbiana al cien por cien. Yo, la verdad, me considero queer por completo, pero bueno, me pareció curioso y decidí leerlo. Y de este artículo acerca de ser homosexual en todo o en parte es de lo que te voy a hablar hoy en este blog.
Tal vez lesbiana, tal vez gay… o no
Vale. La cosa es que el artículo decía que aunque la gente suele pensar que todo el mundo es heterosexual, bisexual o gay/lesbiana, no es cierto. La vida rara vez es una cuestión de encajar en categorías sexuales creadas, especialmente cuando la propia vida es una demostración de fluidez o de atracciones sexuales y románticas no exclusivas, fantasías, citas, sexo y amor.
Cuando la mayoría de los gays/lesbianas, que tienen un homoerotismo considerable, se enfrentan a las opciones que dan los investigadores para describir su sexualidad, rechazan explícitamente la categoría «exclusivamente atraído por el mismo sexo». Podrían responder con «lesbiana» o «gay» y habrían acertado en su mayoría, pero no seleccionan, según este artículo, ninguna de las dos. Entonces, ¿nos aferramos a vestigios de heterosexualidad por razones personales o culturales? Es decir, ¿esperamos que aparezca la mujer o el hombre adecuado que nos convenza de que todavía hay una posibilidad de llevar una vida «normal»?
A veces nos encontramos en un dilema y, al no saber cómo responder, nos saltamos la pregunta, marcamos «no lo sé» o «otra cosa», o simplemente decimos «gay» aunque no sea cierto. Este artículo habla de estudios en los la proporción de la población que declara ser mayoritariamente lesbiana/homosexual es de entre el 1% y el 2%.
Una identidad que fluctúa
Dadas estas condiciones, no es de extrañar que la estabilidad de una identidad mayoritariamente lesbiana/gay a lo largo del tiempo sea relativamente baja. Cuando se desplazan, se identifican con una variedad de orientaciones sexuales, incluida la heterosexual exclusiva. No sabemos por qué se desplazan al otro extremo, pero quizá sea el caso de que la mujer o el hombre «adecuados» hayan aparecido y ahora se identifiquen como totalmente heterosexuales. Dado el poder de la heterosexualidad normativa en nuestra cultura, algunas personas bisexuales también siguen este patrón.
Las categorías sexuales tradicionales se han arraigado tanto culturalmente en la investigación popular y científica contemporánea que se han convertido en «narrativas maestras». Por ejemplo, en la encuesta Gallup de 2020 se preguntaba: «¿Cuál de los siguientes se considera?» Las opciones incluían heterosexual, lesbiana/gay o bisexual (también transgénero). Resulta revelador que casi el 8% no contestó a la pregunta sobre la orientación sexual, lo cual fue mayor que la categoría de lesbiana/gay o bisexual. Es discutible si estas narrativas maestras construidas socialmente hacen justicia a la vida sexual y romántica de un individuo, pero es poco probable para muchos.
Ya sabes, esto no es más que un artículo, pero la cuestión que a mí me parece más importante es la de permitir que cada una de nosotros saque sus propias conclusiones. ¿Cuáles son las tuyas? Cuéntamelo.
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