Las microagresiones pueden definirse como comportamientos o comentarios sutiles que, de forma más o menos velada, transmiten mensajes negativos o directamente hostiles. Es un fenómeno similar a los micromachismos que las mujeres sufrimos cotidianamente. El término microagresión fue acuñado por el psiquiatra Chester M. Pierce en los años 70, para calificar las actitudes racistas que recibía la comunidad negra. Con el tiempo, se ha ido extendiendo a diferentes sectores marginalizados de la sociedad.

Microagresiones frecuentes a la comunidad LGB


A veces nos cuesta detectar conscientemente las microagresiones, pero nos generan malestar y no sabemos detectar el motivo. Para combatir esa sensación tan desagradable, te dejamos un listado de esos deslices que detonan prejuicio. De ti dependerá hacer pedagogía o no con tu interlocutor.

Una hace de hombre

La sociedad tiene tan asumidos los roles de género en las relaciones heterosexuales que dan por sentado que en las parejas del mismo sexo tienen que darse dinámicas similares. Por lo tanto, siempre tiene que haber alguien que haga de hombre y alguien que haga de mujer. Si resulta que en una relación lésbica una de las dos tiene una estética más butch, por supuesto se va a dar por sentado que esta será la tenga un papel más dominante en la pareja. La que abre los tarros, lleva el coche a pasar la Itv y monta las estanterías de Ikea. Todas esas cosas. A las lesbianas masculinas las tratan como a hombres, pero sin la parte de los privilegios y el respeto. A las demás, se las desprecia directamente.

La orientación no es una decisión

A veces, cuando alguien habla de ‘estilo de vida’, está dando por sentado que una persona elige ser homosexual como quien decide vivir en una autocaravana. La orientación no es una elección, de hecho, formar parte del LGTBIQ conlleva unas adversidades y unas experiencias negativas que a nadie le apetece vivir voluntariamente.

Asumir que la gente homosexual tiene determinados gustos

Es una microagresión ver a la comunidad homosexual como un grupo homogéneo con la misma personalidad y los mismos gustos. Es una idea que se basa en todos los estereotipos que han circulado en torno a la comunidad LGTB, como por ejemplo que las lesbianas les gustan las camisas de cuadros y los gais tienen un talento innato para la decoración. Ha llegado el momento de superar esos clichés tan cansinos.

Pensar que se puede ‘cambiar de acera’

Cuando se hacen bromas sobre ‘cambiar de acera’, se está menospreciando, al menos entrelíneas, la realidad de las personas homosexuales. Esto está un poco ligado con la idea de que se puede elegir. Además, puede dar lugar a situaciones incómodas en las que no se respeten los límites de una persona.  Si eres hetero, de verdad, no le tires la caña a una persona homosexual.

Hacer preguntas íntimas

Luego están los desubicados que, sin conocerte a penas, te hacen preguntas sobre asuntos muy personales. Cuándo supiste que eras lesbiana, cómo saliste del armario, incluso preguntas invasivas sobre tu vida sexual. Es una de las microagresiones más incómodas y se merece un buen zasca.

¿Has sufrido alguna de estas microagresiones? Seguro que incluso alguna más. Comparte tu experiencia en comentarios.