¿Sabes lo que es la intersexualidad, desde el punto de vista científico? Se sabe que hay mujeres y hombres con sus órganos sexuales inconfundiblemente definidos. Pero también existe un grupo de personas que nacen con características sexuales diferentes. Son los que se conocen como intersexuales. La intersexualidad es un término que se utiliza para referirse a las variaciones anatómicas y genéticas de las características sexuales. Se producen durante la etapa embrionaria en el proceso de diferenciación sexual, y puede darse a distintos niveles: genital, cromosomas, gónadas o niveles hormonales).
Variaciones de muchos tipos en la intersexualidad
Estas variaciones pueden dar lugar a una apariencia sexual diferente y atípica, que no se corresponde con las características sexuales de hombre o de mujer. A veces son visibles en el momento del nacimiento, y otras pasan desapercibidas hasta que se produce el desarrollo en la adolescencia. En ocasiones incluso no se detectan hasta la edad adulta. Esto significa que las características sexuales de las personas intersexuales pueden ser muy variadas. Pueden no tener ninguna apariencia exterior inusual, o pueden parecer femeninas y masculinas al mismo tiempo, no del todo femeninas o masculinas. Pueden no parecer ni masculinas, ni femeninas.
El término intersexual ha desplazado a la expresión hermafrodita, porque el hermafroditismo ‘verdadero’ es muy poco frecuente. Se incluiría dentro del grupo de intersexuales que pueden presentar simultáneamente ovarios y testículos. También puede ocurrir que la persona presente un lado femenino y otro más culmino. O bien, las gónadas se desarrolla unos en un mismo órgano. No es raro que al menos una de esas gónadas funcione correctamente y pueda producir óvulos o espermatozoides a un nivel funcional. Aparte de este grupo, excepcionalmente pequeño, la mayoría de los intersexuales no son fértiles.
Cuál es la causa
El origen de la intersexualidad está determinado por varios factores. Por un lado, puede ser genético, y deberse a una alteración cromosómica. Pero recientemente se apunta también a que puede haber un origen ambiental, por la exposición de la madre a ciertos contaminantes ambientales que imitan los estrógenos. Esto puede estar detrás de un incremento de los casos de personas intersexuales. A veces también se producen estas variaciones en casos de fecundación in vitro, tras la fusión de los embriones implantados.
Como decíamos, hay varios tipos de intersexualidad. El más común es la hiperplasia adrenocortical congénita. Consiste en una alteración del metabolismo, concretamente en la producción de hormonas esteroideas. Se debe a una discusión de origen hereditario que afecta a las enzimas que se encargan de la síntesis de dichas hormonas. También existe el síndrome de insensibilidad androgénica, cuando los testículos no responden a la testosterona. O la disgenesia gonadal, que provoca un desarrollo anormal de las gónadas.
Las cifras de la intersexualidad no están nada claras. Según los expertos se sitúa entre un 0,05% y un 1,7% de la población. La horquilla es tan amplia porque algunos expertos contabilizan solo aquellos que presentan características físicas inusuales, y dejan fuera, por ejemplo, a los que presentan, una mutación cromosómica como el síndrome XYY.
La intersexualidad no tiene nada que ver con la identidad de género, ni tampoco con la transexualidad. Es una condición genética que se está instrumentalizando mucho en los últimos tiempos, con la idea de utilizarlo como argumento de que el sexo no es binario. Las personas intersexuales se pueden identificar como hombre o mujeres y tener una orientación sexual hetero, homosexual o bisexual como cualquier persona.
¿Tenías clara esta información sobre la intersexualidad?
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