Salir del armario puede ser complicado para muchas personas. Para dar este paso, antes hay que aceptarse a una misma, y eso, en un mundo heteronormativo, no es fácil. Aunque en tu vida nunca hayas escuchado discursos abiertamente homófobos, hay conductas y comentarios sutiles que nuestro cerebro interpreta como tal. Al final interiorizas que no es normal que te gusten las chicas, y hay algo raro en tu orientación sexual. Ya el simple hecho de tener que salir del armario da a entender que se te presupone una heterosexualidad. Ahí surge el temor de contrariar a los demás y decepcionarles por no ser lo que ellos esperaban que fueses. Te suena esto, ¿verdad?
El entorno puede hacer que niegues tu orientación
A todo esto se suman los tabúes en torno a la sexualidad, que siguen siendo la norma en muchas familias (aunque cada vez menos, por suerte. Desgraciadamente, la homosexualidad y la bisexualidad sigue estando estigmatizadas en muchos entornos, y esto hace que resulte más difícil admitirlas. Este tipo de ambientes son los que hacen que las personas LGBT puedan sentirse avergonzadas, y lleguen a pensar que es una fase, o que están confusas. Es decir, una puede llegar a caer en la negación de la propia orientación sexual cuando se siente en un entorno hostil en ese sentido.
Algunas mujeres se sienten ‘confundidas’ en lo que se refiere a su orientación sexual por temor a reconocer que no son heterosexuales. Aquí pueden entrar en juego muchos factores, desde la presión familiar, hasta los comportamientos aprendidos, homofobia interiorizada o creencias religiosas. El caso es que es un sentimiento que puede describirse como culpabilidad, por ser como crees que no deberías ser.
Apoyo y autoanálisis para salir del armario
Para salir del armario y liberarte, lo primero es que aceptes quién eres, y aprendas a sentirte bien con ello. Tienes derecho a desear y a amar a quien quieras y a crear vínculos con personas que te gusten y te hagan sentir feliz. Es tu vida y mereces vivirla plenamente, no a medias por culpa de los prejuicios ajenos. Si te cuesta dar ese paso, un buen consejo es contactar con alguna asociación que te permita conocer a personas afines. La fuerza y el apoyo de un grupo puede ser de gran ayuda a nivel individual y ayudarte a aceptarte a ti misma.
Otro truco que es muy útil, es tener un diario. Los psicólogos siempre recomiendan escribir para sacar emociones, así que aquí podemos ponerlo en práctica. Atrévete a escribir frases como ‘soy lesbiana’, ‘me atraen otras chicas’, y otras confesiones sinceras. Luego léelo, léete. Aunque parece una tontería, tu cerebro puede hacer un clic con este ejercicio. Escribe también sobre las experiencias que hayas vivido, relacionadas con tu orientación sexual. Sobre tus temores, sobre como te sentiste la primera vez que conociste a una persona homosexual. Te ayudará a verte a ti misma con perspectiva y a ordenar tus pensamientos y emociones.
El último paso será salir del armario, en los entornos en los que te sientas cómoda, y al ritmo que te apetezca.
¿Cómo lo llevaste tú? ¿Te encuentras en esta situación y te apetece compartir tu experiencia?
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