La asertividad es la capacidad de expresar nuestros pensamientos, sentimientos, ideas y deseos de forma clara, defendiendo nuestras necesidades pero respetando a la otra persona. Por ejemplo, podemos decirle a nuestra amiga o pareja: “Sé que no lo haces con mala intención, pero la verdad es que me molesta que llegues tarde cuando quedamos a una hora. ¿Podrías intentar evitarlo?”. Por lo tanto, la asertividad es una manera de ser honestas con lo que queremos, y expresarlo de una forma adecuada, racional y constructiva. Es algo así como un punto intermedio entre la pasividad de callarse lo que molesta, y la agresividad de ser demasiado reactiva.
Asertividad, un trabajo pendiente en las mujeres
Y pensarás, ¿a qué viene esto? ¿Por qué hablamos de asertividad hoy aquí? Pues porque es algo que necesitamos trabajar para ser más felices como seres humanos en general y tener relaciones sociales mucho más sanas. Además, como mujeres, se nos ha socializado para hacer todo lo posible por agradar, para ceder, para ignorarnos a nosotras mismas en pro de la armonía del grupo. Y no amigas, esto hay que pararlo. Y si además eres lesbiana o bisexual en una relación con otra chica, te vas a tener que enfrentar a situaciones que van a requerir asertividad. Una comunicación asertiva nos facilita la vida por los siguientes motivos:
Marcamos límites
Tanto en la pareja, como en la familia, en el trabajo, o en nuestro grupo de amigos, la comunicación asertiva permite establecer los propios límites. Así, todas las partes pueden expresarse libremente y aceptar las necesidades de la otra persona, pero sin olvidar las propias.
Opción a negociar
Cuando se establecen límites, también puede darse la posibilidad de negociar, lo cual es muy saludable cuando se trata de una relación de pareja. La asertividad no significa enrocarse en una posición y negarse a dar el brazo a torcer. Más bien es expresar los deseos y las preferencias. Por ejemplo, a tu chica le encanta el jazz en directo, pero a ti te aburre soberanamente, así que acordáis que tú le acompañas una vez al mes, para ir haciendo oído, y el resto de ocasiones irá con colegas con gustos similares.
Mejora la empatía
Como la asertividad está relacionada con la comunicación, también puede contribuir a desarrollar una mayor empatía. Al fin y al cabo para conocernos mejor tenemos que hablar. Cuando le explicas a una persona cómo te hace sentir algo, la interlocutora tendrá la posibilidad de ponerse en tus zapatos y comprenderte mucho mejor.
La convivencia es más agradable
Cuando somos capaces de decir las cosas con honestidad y sin agredir, las demás personas no tienen que estar preocupándose de si esto te molestará, o si te habrá sentado mal aquello que ha dicho. ¿Te suenan esas rumiaciones? Con una buena comunicación asertiva solucionemos estas complicaciones, y todo es mucho más fácil.
¿Cómo ser más asertiva?
Esta es la gran pregunta. Si eres una persona muy complaciente, tendrás que hacer un gran esfuerzo para aprender a priorizarte. Merecerá la pena. La asertividad es una gran aliada en ese gran momento de salir del armario. Hay cuatro tips imprescindibles para una buena comunicación asertiva:
- Elegir el mejor momento. El estado de ánimo puede cambiarlo todo.
- Usar las palabras adecuadas (descartamos términos categóricos o absolutos como ‘siempre’ o ‘nunca’ o ‘todo el mundo’, etc.).
- Sinceridad, siempre sinceridad.
- Cuidar el lenguaje no verbal, como el tono de voz, o la postura.
- ¿Tú ya tienes trabajada tu asertividad, o es una asignatura pendiente en tu vida?
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