Si vuestra relación va tan viento en popa que os estáis planteando formar una familia, puede que lleguéis al punto de tener que decidir cuál de las dos se queda embarazada. Sea cual sea el método que hayáis elegido, una de las dos tiene que ser la primera (la única, si solamente contempláis tener una criatura). Algunas parejas lo tienen clarísimo, si una no siente demasiado entusiasmo con la idea de gestar una vida en su interior, y la otra desea vivir esa experiencia. Ahí la cosa está clara. Adelante y mucha suerte.
Cómo decidir quién se queda embarazada
Pero otras parejas pueden tener más dificultades para decidir, sobre todo si ambas desean vivir el embarazo. O también en el caso opuesto: las dos desean tener hijos, pero si pueden saltarse esos 9 meses, mejor. Si estáis en alguna de estas situaciones, tocará tirar de mente fría y raciocinio para valorar algunas consideraciones.
El primer punto es el más evidente: la edad. Si hay diferencia de edad entre vosotras, y ambas queréis experimentar la maternidad, lo suyo es que la que dé el primer paso sea la mayor. Siempre y cuando se encuentre dentro del rango de lo seguro. A partir de los 40 las posibilidades de éxito se reducen, lo que puede suponer un desgaste mental y económico importante. En este caso, lo mejor es que la más joven sea la gestante, y con suerte, lo conseguiréis a la primera. De cualquier forma, muchas clínicas ofrecen estudios de fertilidad que pueden ayudar a tomar una decisión.
Otro aspecto que se puede tener en cuenta es si una de las dos ya ha sido madre. A veces, en las parejas de mujeres, una de las dos aporta un retoño de una relación con hombre en el caso de las bisexuales, o bien porque haya decidido ser madre soltera. Las probabilidades de éxito para quedarse embarazada son mayores después del segundo bebé, y esto hay que tenerlo presente.
Embarazos, cromosomas y ADN
Durante este proceso, una vez que se ha elegido quién se queda embarazada, se buscará al donante más compatible. En este punto se pueden detectar alteraciones en la estructura de los cromosomas, o incompatibilidad cromosómica entre el donante y la gestante. Esto también puede inclinar la balanza hacia una u otra. Lo bueno de los tratamientos de fertilidad es que realizan estudios como el test genético preimplantacional, que sirve para prevenir la transmisión de enfermedades genéticas al embrión antes de implantarlo.
En el último de los casos, podéis echarlo a suertes y a ver lo que pasa. De todas formas, si escogéis el método ROPA, las dos mamás estaréis biológicamente implicadas en el proceso de embarazo. Se sabe que la madre gestante influye en la genética del bebé, a través de las reacciones químicas de su propio cuerpo.
Si vais a ampliar la familia, mucho ánimo a la hora de elegir quien se queda embarazada. Esperamos que los criterios que hemos mencionado puedan servir de guía.
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