Es un tema peliagudo eso de las relaciones en el entorno laboral. Genera opiniones de todo tipo. Algunas personas están totalmente en contra y otras lo asumen como algo normal y natural. Al fin y al cabo pasamos la mayor parte del día en el trabajo, con un grupo de personas con las que a veces convivimos más que con nuestra propia familia. ¿Pero es buena idea tener un affaire con una compañera de trabajo? Pues puede ser lo mejor, o lo peor.

Liarse con una compañera trabajo

¿Podemos evitar sentir atracción por una persona? No se puede, si pasa, es lo que hay, son las hormonas y sobre la química de nuestro cerebro no tenemos ningún control. Y como decíamos, pasamos muchas horas a la semana en el trabajo, en contacto con compañeras. Si una de ellas nos empieza a gustar, puede que el sentimiento vaya creciendo más y más. El roce hace el cariño, dicen. Lo que sí podemos hacer es refrenar el impulso, intentar racionalizarlo, valorar los pros y los contras y no dejar que vaya a más. Porque si traspasa cierto límite no habrá vuelta atrás. Dejarse llevar por la atracción puede implicar algunos problemas, eso es así. ¿Quieres arriesgarte?

Según una encuesta realizada por Adecco, un 57% reconocía haber sentido atracción física por algún/a colega de trabajo. Un 88% había llegado a lo físico, manteniendo entre 1 y 3 relaciones, el 6% se había liado con 4 a 6 colegas, y el 4% había tenido alrededor de 7 relaciones en el entorno laboral. Solo un 2% aseguraba que nunca había tenido nada con nadie del trabajo. Pero,  ¿cuáles son los contratiempos de este tipo de relaciones?

Normas de la empresa

A algunas empresas no les gusta que sus empleados se líen entre sí porque consideran que pone en juego la productividad de los implicados. Además, las parejas se encubren los errores, y además pueden trasladar sus problemas personales al trabajo, afectando el clima laboral. Aunque no se pueden prohibir las relaciones entre personas, sí pueden estar especialmente pendientes y tomar medidas si perciben alguno de los puntos mencionados. Esto significa que liarse con una compañera de trabajo puede salir caro.

Discreción

Liarse con una compañera de trabajo requiere prudencia y discreción. Hay que saber marcar firmemente los límites en el entorno laboral, para que la productividad no se vea afectada. Es decir, que tenéis que ser simples compañeras en le trabajo, y solo novias o amantes una vez terminada vuestra jornada. Y no siempre es fácil.

Espacio personal

Liarse con una compañera de trabajo implica un contacto diario y continuado con ella. El espacio personal se reduce, y encima gran parte de vuestro tiempo juntas se va a dar en un entorno negativo, con situaciones de estrés y conflictos. Además, es fácil que, una vez fuera, vuestras conversaciones sigan girando en torno al trabajo. También hay que tener en cuenta que en el caso de ruptura, asistir al trabajo puede convertirse en una ruptura. En muchos casos una de las dos personas acaba dejando el puesto, con las consecuencias económicas que esto puede suponer.

Liarse con una compañera de trabajo, ¿sí o no? Depende de cómo lo llevéis, de la empresa, y de todo el contexto en general. ¿Qué opinas tú de todo esto?