Se habla de síndrome de la cama fría como una especie de maldición inevitable que afecta a las parejas de lesbianas. Según esta idea, las relaciones sexuales entre mujeres están condenadas a ir apagándose más y más a medida que se prologa la relación. Es decir sería el descenso de la actividad sexual a partir de un tiempo prolongado como pareja.

De donde sale el concepto de síndrome de la cama fría

Este concepto surgió a partir de una investigación realizada en 1983 por dos señores llamados Pepper Schwartz y Philip Blumstein, sociólogo y psicólogo social respectivamente. Los resultados se publicaron en American Couples: Money, Work, Sex. Parece ser que los datos recabados indicaban que las parejas de lesbianas tenían menos relaciones sexuales cuanto más larga era su relación. Esta investigación recibió muchas críticas por la metodología utilizada y porque la frecuencia sexual suele disminuir con el tiempo, independientemente de la orientación sexual. Es por esto que el síndrome de la  cama fría se considera un mito lleno de prejuicios. Aunque a la vez, a ninguna pareja quiere que le pase.
¿Podrías estar padeciendo este síndrome con tu pareja? Estas podrían ser algunas pistas.

Poner excusas para mantener relaciones sexuales

Si pones excusas para no tener sexo (me duele la cabeza, estoy cansada, no me he depilado…) puede que tu libido esté por los suelos. Quizá tú estés bien así, pero si tienes pareja, esto puede terminar afectados. Averigua qué está pasando y cuál es el motivo de tu falta de deseo. Es posible que esto te lleve a otros problemas que debes resolver.

Sexo rutinario

Con el tiempo es fácil caer en la rutina, porque conocemos bien a la otra persona y tendemos a ir a lo seguro. Pero cuando el sexo se vuelve rutinario al poco tiempo se vuelve aburrido. Y cuando se hace aburrido, estamos a un paso de que se convierta en una obligación. Y eso sí que puede ser muy negativo para la pareja y para la mujer que experimenta esa sensación. Hay que solucionar esa crisis cuanto antes.
El sexo no te interesa y te da igual

Puede pasar con el tiempo y aunque te dé igual, no hay que olvidar de que la intimidad sexual puede tener una gran importancia dentro de una relación afectiva. La intimidad física refuerza los vínculos de la pareja, además otros muchos beneficios. A menos que estéis las dos en la misma onda y no os importe lo más mínimo, si sientes un absoluto desinterés por el sexo, tal vez deberías consultar con un profesional.

Habéis dejado de cuidaros

¿Al principio te esforzabas por resultarle superatractiva a tu chica y ahora no pasas de la higiene más básica? Puede ser el primer paso de un buen síndrome de la cama fría. El cuerpo cambia con el tiempo y hay que aceptarlo, pero la seducción es importante para que el sexo no se convierta en un acto mecánico y rutinario.
Si reconoces estos síntomas puedes estar padeciendo el síndrome de la cama fría. Nuestro consejo es que consultes con un profesional o que te replantees si de verdad estás con la chica adecuada.