El contacto cero es una de las mejores herramientas a la hora de gestionar una ruptura. Es especialmente recomendable cuando la relación ha tenido ciertas dosis de dependencia emocional, desigualdad u otros aspectos tóxicos. Y por triste que parezca las relaciones de pareja verdaderamente sanas son una rareza. Los mitos del amor romántico siguen guiando el imaginario colectivo (valga de ejemplo el último éxito adolescente de Netflix), y esto solo provoca infelicidad.

Contacto cero y rupturas complicadas

Para más inri, no tenemos ni idea de como dejar una relación de forma civilizada y las rupturas suelen llevarse a cabo en muy malos términos y con grandes niveles de ansiedad. De ahí la necesidad del contacto cero.

A los humanos nos cuesta mucho despedirnos. Esto está confirmado desde la psicología y es una cuestión evolutiva. Nuestro cerebro está diseñado para crear vínculos y conectar con los demás emocionalmente. Hasta el punto de que muchas veces damos prioridad a esa necesidad natural, ignorando los comportamientos nocivos. Es decir, nos autoengañamos aunque la otra persona ya no nos haga bien, con tal de mantener ese vínculo. Y nos agarramos a la idea de que las cosas cambiarán y volverán a ser como al principio.

Después, cuando al fin vemos que la situación no va a mejorar, postergamos la decisión. Siempre se ve como víctima a la persona que es dejada; sin embargo, dar el paso de romper con alguien puede ser verdaderamente duro.

Una vez que la ruptura se ha materializado, llega otra parte muy difícil del proceso. El cerebro tiende a quedarse con lo bueno y a querer olvidar lo malo, y en ese momento tu cabeza realmente te la puede liar. Quieres llamarle, saber como está, enviarle un mensaje, mantener el contacto, porque al fin y al cabo, el amor no se apaga de la noche a la mañana. Aunque ya no estéis juntas, la esperanza no se pierde. Aparecen los ‘¿y si…?’, la tentación de intentarlo una vez más. Teníais algo especial y precioso, podría salir bien. Pero sabes que no es así, porque seguramente has pasado antes por esto.

Varios intentos

A veces para dejar una relación dependiente y tóxica hacen falta varios intentos. Pero no es más que un círculo vicioso de idas y venidas que os está haciendo perder tiempo y energías a las dos.

Para salir de esto hay que aplicar el contacto cero. El proceso es similar a una terapia de desintoxicación. De hecho los procesos neurológicos son similares, incluso se pasa por una etapa de ‘mono’ similar al de cualquier adicción. El contacto cero consiste en evitar todo tipo de contacto con la expareja durante un periodo de tiempo.

Esto implica romper la comunicación totalmente, borrando el número de teléfono, eliminando redes sociales e incluso evitando a terceras personas en común. ¿Cuánto tiempo? Dependerá la naturaleza de la relación, las circunstancias individuales y el tipo de ruptura. Este espacio permite elaborar el duelo de forma más sana y poder reflexionar sobre la experiencia vivida desde una perspectiva más objetiva. Y por supuesto es imprescindible para romper la dependencia emocional.

Si te encuentras en esta situación, mantente fuerte con el contacto cero. Lo superarás y recuperarás tu esperanza en el amor, eso seguro.