El sexo lésbico todavía resulta misterioso y genera muchos malentendidos. Como la cultura sexual es principalmente falocéntrica, todavía hay quien cree que si no hay un pene involucrado, no es sexo. La industria del porno actual aún está asentando más esta idea. La realidad es que existen muchos tipos de relaciones sexuales y, ¡oh sorpresa!, la mayoría no incluyen un coito. Esta reducción erótica afecta también a la salud sexual, ya que la mayoría de campañas de prevención (si es que las hay), están enfocadas a la prevención de contagios por la práctica de la penetración. Sí, en la segunda década del siglo XXI.

Sexo lésbico y ETS

Para dejar las cosas claras, vamos a hacer un repaso de algunas prácticas habituales en el sexo lésbico, así como de los riesgos que pueden conllevar.

Sexo oral

El sexo lésbico puede incluir el sexo oral, que abarca los genitales o el ano. No es muy frecuente utilizar protección en estas prácticas, sin embargo, hay que tener presente que es posible contagiarse o transmitir algunas enfermedades. Por ejemplo verrugas genitales, lamida, herpes, gonorrea, hepatitis, sífilis o VIH, especialmente si la persona tiene llagas o heridas en la boca o los labios. Existen protectores bucales fabricados para ello, que son de látex muy fino y se colocan sobre la vulva o el ano. Se trata de un método eficaz y recomendado especialmente si se trata de una pareja sexual puntual y esporádica.

Sexo con los dedos

La masturbación acarrea menos riesgos de transmisión de ETS, aunque alguna probabilidad sí que hay, sobre todo si hablamos de penetración en la vagina o el ano. Para ello se pueden usar guantes de látex y lubricante, especialmente para la estimulación anal. Si no se usan guantes es importante lavarse las manos, tanto antes como después, porque una mala higiene también puede provocar una incómoda infección de orina.

Frotamiento genital

Es la práctica de sexo lésbico más popular en el imaginario colectivo, conocida como ‘tijeras’ o ‘tribadismo’. Consiste en que las dos mujeres entrelacen sus piernas para estimular mutuamente su clítoris. Esto se puede hacer con la ropa interior puesta, o directamente piel con piel. De nuevo, el contacto entre fluidos conlleva algunos riesgos, aunque son más reducidos cuando no hay penetración. La higiene antes y después es fundamental para minimizar las probabilidades.

Sexo con penetración

El sexo lésbico también puede incluir la penetración, con strap-on o cualquier otro tipo de juguete sexual. Quizá sea esta la práctica con menos riesgo de transmisión de ETS, ya que no hay un contacto directo entre genitales o mucosas. En cualquier caso es importante que los juguetes estén perfectamente desinfectados. Si se va a compartir un dildo, lo aconsejable es desinfectarlo entre uso y uso o bien utilizar un preservativo. Lo mismo si se practica sexo anal.

Por lo general el sexo lésbico comporta menos riesgo de contagio de ETS que el heterosexual o que el homosexual. Aun así, las chicas lesbianas y bisexuales deberían recibir información completa acerca de prácticas sexuales seguras, para poder tomar decisiones responsables.