Ya estamos con las noticias que no me gustan… pero bueno, ocurren y tengo que contártelas. Ahora te voy a hablar de una pareja de lesbianas que tuvo que «demostrar» su infertilidad. Nicolle Powell, de 29 años, y su pareja Ellen Gaukrodger, de 26, de Newcastle-upon-Tyne, tuvieron que someterse a las 12 rondas de la prueba de fertilización in vitro necesarias antes de acceder a la FIV.

Normas discriminatorias obligan a «demostrar» su infertilidad

Esta semana, esta pareja de mujeres homosexuales, que desea tener un hijo, ha arremetido contra las normas discriminatorias que obligan a las parejas del mismo sexo a pagar enormes cantidades por la fecundación in vitro.Las mujeres afirman que, a diferencia de las parejas heterosexuales, se enfrentan a una factura de hasta 25.000 libras esterlinas para poder acceder a un tratamiento de fecundación in vitro del NHS (sistema de salud), y han apoyado una demanda judicial que espera anular el llamado «impuesto gay».
Los médicos le dijeron a Nicolle que padecía el síndrome de ovarios poliquísticos, una patología que afectaba a su fertilidad.La pareja no podía permitirse pagar las 12 rondas de inseminación artificial necesarias para demostrar la infertilidad y poder optar a la FIV financiada por el NHS, a pesar de que concebir de forma natural no era una posibilidad para ellas. La pareja, por lo tanto, se ve obligada a recurrir a un donante para tener un bebé, lo que conlleva problemas como acordar si el donante tendrá acceso al niño.
Para las parejas heterosexuales, la política establece que deben intentar concebir de forma natural durante dos años antes de considerar la FIV.

«Siempre hemos querido tener hijos, desde el principio»

Cuando hicieron sus declaraciones a medios locales, Nicolle afirmó que tenía problemas de fertilidad que los médicos no se tomaban en serio. Así que se hizo pruebas privadas y descubrió que tenía el síndrome de ovarios poliquísticos. Cuando la pareja habló con una consultora que trabajaba con parejas del mismo sexo, esta les dijo que la ley establece que solo pueden optar a un tratamiento de fecundación in vitro financiado por el sistema sanitario si se sometían a 12 sesiones, de las cuales, seis tenían que realizarse en clínicas privadas. Esto se hace para «demostrar» su infertilidad. 

El presupuesto de las 12 sesiones ascendía a unas 25.000 libras, y eso, únicamente para un ciclo. Si no funcionaba, debería someterse a una segunda ronda de sesiones. El alto coste de la fecundación in vitro para las parejas del mismo sexo saltó a los titulares en noviembre, cuando una pareja amenazó con demandar a su NHS local por este asunto.

Más parejas denuncian el tener que «demostrar» su infertilidad

Pero Nicolle y Ellen no son las únicas que denuncian esto. Megan y Whitney Bacon también se enfrentaron a esto, solamente que ellas denunciaron ante la justicia. Aún no se ha resuelto el caso, abierto desde el año 2019. 

Alegan que las parejas LGBTQ+ no tienen derecho al mismo acceso a los tratamientos de fertilidad que las parejas heterosexuales, lo que supone una discriminación directa e indirecta contraria a la Ley de Igualdad de 2010.

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