Aunque se trata de una región que pertenece a Dinamarca, ser LGBTI en las Islas Feroe sigue siendo bastante complicado. Situadas en pleno Atlántico a cientos de kilómetros del continente, estas islas han sido siempre un lugar de gente muy religiosa y conservadora.

Ser LGBTI en las islas Feroe

Esto ha influido en la vida de sus ciudadanos y en las políticas públicas de las islas, retrasando decisiones que el resto de Europa tienen asumidas desde hace décadas. Como por ejemplo la protección legal de los derechos básicos del colectivo LGBTI. Muchos habitantes han optado por abandonar su lugar natal y marchar a Dinamarca donde puede llevar una vida más libre, sin discriminación, ni estigma social.

Desgraciadamente, ser tú misma y amar libremente a quien el corazón elija es un derecho que no está reconocido en muchas partes del mundo. En otras sí lo está, pero es un derecho que es continuamente vulnerado. Las Islas Feroe constituyen un país que se encuentra bajo la tutela de Dinamarca, y se encuentra a la cola de Europa en lo que se refiere a derechos humanos. La geografía contribuye a ello (una sociedad pequeña, bastante aislada y desconectada del mundo), aunque no es excusa. Por otra parte, el sentimiento religioso es muy fuerte, y en muchos casos sirve como justificación de este odio a las personas LGTBI.

El discurso de odio se consideró delito en 2006


El mayor problema está en las generaciones de 40 años para arriba, que son los más reacios a considerar que la sociedad tiene que avanzar y modernizarse. Los jóvenes feroeses son los que están impulsando el cambio, con mucha organización y amor por su tierra. Buscan unas Feroe más europeas, más abiertas y más amables con todos los ciudadanos. A pesar de este aire fresco traído por las nuevas generaciones, no fue hasta 2006 que se reconoció el discurso de odio motivado por orientación sexual.

Por el momento no se incluyen en el crimen de odio.  Fue la última región de Europa occidental en llevar a cabo esta modificación legal. Choca que Dinamarca, por el contrario, haya sido el primer país del mundo en reconocer a las parejas del mismo sexo, en el año 1989. Algo que el gobierno de Feroe no ha hecho hasta hace cuatro años. Un atraso que ha hecho que la imagen de las islas sea bastante negativa.

A pesar de todo, ser LGBTI en las islas Feroe no es fácil. Tienen un camino largo por delante que recorrer, la que la igualdad efectiva está lejos de haberse conseguido. La comunidad todavía tiene que enfrentar algunos desafíos legales que no afectan a los demás isleños. Las personas transexuales, por ejemplo, aún no pueden tener un cambio de género registral si antes no se han sometido a tratamiento médico y quirúrgico. Algo que no ocurre en Dinamarca ni en España. Tampoco están al día en cuestiones de asistencia reproductiva. Igualmente, el reconocimiento de maternidad o paternidad se aplica solo al progenitor que tenga vínculo biológico.

Como ves, ser LGBTI en las islas Feroe es más difícil que en el resto de Europa. ¿Sabías que estaban las cosas así en esta región danesa?