Marie Rosalie Bonheur es una de esas mujeres cuyo nombre se ha perdido en la historia. Una historia contada por los hombres, que han dado prioridad a los logros de su propio sexo y han relegado a las mujeres a lo doméstico. Por suerte cada vez son más las voces que exigen devolver su lugar en los libros a esas mujeres que destacaron en diferentes áreas. Y aquí queremos contribuir a restaurar su memoria, dando prioridad a las mujeres que además amaron a otras mujeres
La vida de Marie Rosalie Bonheur
¿Quién fue Marie Rosalie Bonheur? Más conocida como Rosa Bonheur, nació en Burdeos en 1822, hija de un pintor. Tanto ella como sus tres hermanos, trabajaron en el taller de su padre y se dedicaron al arte. La familia Bonheur estaba bien posicionada y formaban parte de un grupo político llamado Saint-Simonians, que promovía una educación igualitaria para niños y niñas. La pequeña Rosa tenía algunos problemas de aprendizaje y su madre Sophie le sugirió que memorizase el alfabeto vinculando cada letra a un animal y que lo dibujaba. Esto fue el comienzo de todo, ya que comenzó a mostrar un gran talento para el dibujo, y los animales fueron siempre su tema preferido.
Sus habilidades naturales para el dibujo fueron potenciadas por su padre, y en seguida tuvo claro que querida dedicarse a ello. Su familia era amiga de artistas españoles exiliados en Francia como Goya o el dramaturgo Leandro Fernandez de Moratín. Cuando Marie Rosalie Bonheur empezó a demostrar que tenía un verdadero don, consiguió que varios mecenas apostasen por ella para que pudiese dedicarse por completo a su arte sin preocuparse de lo económico.
Vivió siempre como mujer lesbiana
En sus pinturas destacaba por su impresionante realismo, que fascinó enseguida a los artistas del momento. Su forma de retratar a los animales, con una gran humanidad, llegó justo en un momento en el que la sociedad comenzaba a plantearse que los demás animales eran algo más que objetos para uso y consumo. Algunos críticos de Nueva York la calificaron como la pintora más famosa del momento.
La verdad es que todo le iba bien a Rosa, tenía una familia que la apoyaba, una personalidad decidida y un gran talento, así que no tuvo problemas para vivir abiertamente su sexualidad. Con 14 años conoció a Nathalie Micas, que tenía 12, y comenzaron siendo buenas amigas para ser una pareja inseparable hasta la muerte de Micas en 1889. Ambas dedicaron su vida a la pintura. Tras quedarse viuda, conoció a Anna Klumpe que también era pintora y que fue a su casa para pedirle un retrato. Desde entonces permanecieron juntas hasta la muerte de Rosa, que la nombró como heredera universal. Aunque eran tiempos reacios al lesbianismo, la vida de Marie Rosalie Bonheur nunca llegó a provocar escándalo, dado su fuerte carácter y la fama de mujer excéntrica de la que gozaba. Vaya que nadie se atrevía a decir ni pío.
Anna, tras la muerte de su compañera, hizo todo lo posible por crear un museo sobre su figura, recopilando cartas, bocetos y anotaciones de la artista. Además, se encargó de redactar una biografía de Rosa y fundó el premio que lleva su nombre.
¿Conocías la historia de Marie Rosalie Bonheur?
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