No, no me he vuelto loca. A cosas como las que indico en este titular son a las que se tienen que enfrentar a diario las lesbianas y personas LGTBQ+ en países como la India.
Violaciones correctivas y brujos
Hace poco leí el caso de una mujer, Sonia Singhal. Cuando esta mujer homosexual salió del armario ante su padre, éste la llevó directamente al brujo. Claro, el lesbianismo es algo diabólico y hace falta un brujo o violaciones correctivas para curarla. Se ve que el buen hombre pensó que un espíritu maligno había invadido a su hija, y claro, las consultas al brujo local se convirtieron en algo normal. El «tratamiento», exorcismos y violaciones.
Al parecer su padre, le dijo que no había ningún problema con el cuerpo porque sus órganos eran normales. Al final huyó de casa, temiendo que la casaran a la fuerza o que su padre enviara a alguien a violarla para cambiar su sexualidad, un delito de odio conocido como violación correctiva. La India moderna puede ser un lugar peligroso para una mujer gay, y Sonia describió los años posteriores de huida como una gran tortura mental, emocional y financiera.
Afortunadamente, las cosas están empezando a cambiar en este país.
Todo empezó con una simple petición
Otro caso es el de Shusha y Sheema, que se dirigieron primero al abogado Manuraj Shunmugasundaram, con sede en Chennai, con lo que parecía un asunto jurídicamente sencillo.
La pareja de lesbianas, ambas de 20 años, se escondió después de que sus padres presentaran una denuncia por desaparición ante la policía para que las encontraran y las obligaran a volver a sus casas. Estuvieron durante tres años intentando ocultar la relación a la familia y a sus amigos, pero ahora temían por sus vidas y querían que los tribunales les protegiesen.
El abogado nunca había llevado un caso así, pero sí que había conseguido órdenes de protección para personas para que la policía del país asiático no actuara de forma arbitraria. Consiguió lo que quería casi de forma inmediata: el primer día de las audiencias, el Tribunal Superior de Madrás, en Chennai, emitió una orden de protección.Sin embargo, el caso tomó una dimensión que nadie se habría podido imaginar: el mismo juez, admitiendo abiertamente sus propios prejuicios, decidió someterse a terapia con un psicólogo y se reunió con líderes y activistas LGBTQI+ para comprender mejor la difícil situación de la comunidad. En una declaración, este juez declaró que la ignorancia no puede ser un impedimento para que se respeten los derechos de los demás.
Los indios homosexuales siguen siendo el objetivo de exorcistas y chamanes
La mitología hindú cuenta con dioses que no son heteros, y los transexuales fueron venerados en su día. En la actualidad, las bendiciones de los «hijras», que forman parte de la comunidad transexual de la India, se consideran sagradas para ocasiones especiales, como el parto o el matrimonio.
A pesar de ello, la concienciación en la India moderna sobre la identidad de género y la orientación sexual es reducida y el matrimonio heterosexual sigue siendo el objetivo vital proyectado sin ambigüedades. A las afueras de ciudades y pueblos, los autoproclamados expertos médicos no titulados -o curanderos- pueden ofrecer remedios no probados para una serie de dolencias. Algunos afirman tener curas para la homosexualidad.
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