Hoy queremos hacer uno de nuestros frecuentes viajes al pasado para hacer un repaso de la vida de Josephine Baker. Una de esas mujeres que son pura inspiración y ha llegado a ser un verdadero icono bisexual. Tuvo una vida de película, y aunque murió prematuramente, logró alcanzar metas impensables en su época para una mujer negra y de clase baja.

Los orígenes de Josephine Baker


Nació en 1906 en una familia pobre de St. Luis, Misuri, en Estados Unidos, y con solo ocho años tuvo que abandonar el colegio y ponerse a trabajar para ayudar económicamente a su familia. Se convirtió en sirvienta para una familia blanca que la trataba bastante mal. Tenía 11 años cuando ocurrió la masacre de San Luis, en la que cientos de negros fueron asesinados por los blancos. A los 13 empezó a trabajar de camarera y ese mismo año se casó con un músico, aunque a los meses se divorció.

Con 14 años se unió a un trío de artistas callejeros y conoció a un guitarrista de blues que se convirtió en su segundo marido y de quien tomó el apellido Baker. Ese matrimonio tampoco duró mucho porque la joven estaba más interesada en el espectáculo que en la vida casadera. Se instaló en Nueva York y a los 19 años inicio una relación con una cantante de blues llamada Clara Smith. Sin embargo, Josephine Baker abandonó la ciudad asegurando que vivía con miedo por ser negra.

Etapa de París


Marchó a París y allí empezó su ascenso a la fama. Empezó a trabajar en «The Black Variety Show» donde rápidamente conquistó al público. Todos querían ver su alocada danza en la que Josephine Baker se mostraba casi desnuda, con una escueta falda hecha con plátanos de goma, que agitaba al ritmo del Charleston. Pero además, Baker consiguió diferenciarse de cualquier otra gracias a su estilo único. Combinaba la sensualidad con la comedia, algo sorprendente y muy llamativo.

En su número bailaba de forma intencionadamente torpe, como si no pudiese seguir a sus compañeras. Después volvía a entrar y repetía la coreografía añadiendo dificultades. Además, bailaba bizqueando, descoyuntándose como si sus miembros fuesen a un ritmo diferente, cruzaba las piernas y sonreía de manera divertida. Como nuestra querida Lina Morgan pero con poca ropa, y un toque raro de erotismo.

El París, también tuvo amantes, hombres y mujeres, entre las que se encontraba, por supuesto, Colette, que no se perdía una. Una de las canciones más famosas de Josephine se tituló J’ai Deux Amours (Tengo dos amores), en referencia a su bisexualidad. Muchos creyeron que ser refería Francia y EEUU. Inocentes. En los siguientes años se codeó con la flor y nata de la época como Ernest Hemingway o Pablo Picasso. Dicen los rumores que tuvo un lío con Frida Khalo no obstante esto jamás se confirmó. Coincidieron en dos ocasiones, así que todo es posible. Josephine Baker se convirtió en la artista mejor pagada de Europa de su época.

Josephine Baker fue espía contra los nazis


En 1939 Francia declaró la guerra a Alemania y su carrera como bailarina se detuvo. Actuó, eso sí de forma solidaria, para las tropas francesas, pero jamás bailó en París mientras estuvo ocupada por los nazis. Estuvo vinculada con Jacques Abtey, un oficial que estaba reclutando a corresponsales. Así es como Baker se convirtió en espía, trabajando para la resistencia francesa y ayudando, en diversas misiones, a terminar con los nazis. El país le concedió la Medalla de la Resistencia al finalizar la guerra.

Adoptó a once niños de diferentes etnias y religiones, y recibió el sobrenombre de madre de ‘la tribu arcoíris’. Fue una incansable activista contra el racismo, aunque jamás dejó de divertirse.  En cierta ocasión estuvo en España para asistir a un espectáculo de Sara Montiel. Sarita se puso en modo fan y aseguró que se había cumplido uno de sus mayores sueños.

Josephine Baker murió en 1975 a causa de una embolia, cuatro días después de dar un gran espectáculo de regreso a los escenarios, donde volvió a impresionar a los parisinos. Tenía 69 años.

¿Conocías la fascinante vida de Josephine Baker?