Hace no mucho, una amiga a la que conozco hace ya algunos años, me habló de lo difícil que era para ella luchar contra la soledad lésbica. Y sus palabras son las que voy a reproducir hoy en este artículo. Como lesbiana, sus palabras me han llegado, y quiero compartirlas con otras chicas homosexuales. Naturalmente, tengo su permiso. 

Luchando contra la soledad lésbica

El domingo pasado miré el reloj mientras caminaba hacia el mercado, que se pone cerca de mi casa, para comprar algunas cosas antes de acudir a una cita con una chica. Respiré profundamente y dejé que mis nervios se calmaran, pensando que era la mejor forma de entretenerme. Saqué mi teléfono para mirar la lista de la compra cuando vi un mensaje. Mi intuición era correcta; mi cita me había cancelado

Al enviar un mensaje de texto a mi amiga (yo, que os estoy contando lo que me dijo) para darle la noticia, me invadió una ola de frustración. Llevo casi cuatro años con el mismo patrón respecto a las citas: cuando encuentro a alguien con quien conecto, bajo la guardia y me rompen el corazón. Como lesbiana, no puedo evitar sentirme sola. La verdad es que soy una de las muchas lesbianas que sienten la tensión de las citas y las relaciones rápidas. Sufro la soledad lésbica. Amalia, las relaciones de lesbianas dan asco. 

Es difícil no perder la esperanza cuando se está atrapada en el mismo ciclo amoroso. Aunque las personas, independientemente de su orientación sexual, sienten la soledad, las lesbianas somos una raza diferente. A menudo nos metemos en relaciones demasiado rápido. Rápidamente se vuelven agrias, por lo que la mayoría de nuestras primeras relaciones son realmente tóxicas.


Durante gran parte de mi desarrollo como gay temprano, anhelaba estar con alguien. Sin embargo, me sentía emocionalmente en un nivel diferente al de muchos de mis intereses románticos. La pandemia dificultó el desarrollo personal en las relaciones de muchas mujeres debido a la falta de socialización, haciendo que las pequeñas aventuras se sintieran como una vez en una luna azul. No quería renunciar a la esperanza de conocer a alguien porque no quería renunciar a la esperanza en mí misma.

Rupturas y soledad

No hace mucho estuve charlando con uno de mis amigos y le conté que hacía poco que había empezado a salir con alguien pero que tenía dudas de querer tener una relación. Salió el tema de las rupturas y la soledad lésbica. Me dijo algo en lo que nunca había pensado: los homosexuales suelen descubrirse a sí mismos más tarde en la vida, por lo que el proceso de aprendizaje de las relaciones se ve truncado hasta que son mayores.

Muchos heterosexuales comienzan a salir pronto con otras personas y tienen relaciones bastante intensas y tóxicas. Dado que las lesbianas tienen que dar pasos adicionales para autoidentificarse, salir del armario y luego aprender a tener citas, una relación entre lesbianas en la universidad está al nivel de la escuela. Lo cierto es que estas palabras que a mi me han hecho pensar y reflexionar en la soledad lésbica. Y lo hacen más teniendo en cuenta que vienen de una muy buena amiga. Cuéntame, ¿te ha pasado a ti?