Colette nació en enero de 1873 en la población de Saint-Sauveur-en Puisaye Yonne (Francia) y fue una mujer adelantada a su época en todos los sentidos. El gobierno francés le otorgó la condecoración de la Legión de Honor y fue la primera mujer en formar parte de la Academia Goncourt, de la que además fue presidenta.

Una mujer adelantada a su tiempo

Tuvo un funeral de estado, en 1954, aunque la iglesia se negó a darle un funeral religioso por haberse divorciado, no solo una vez, sino dos, algo realmente inusual en aquellos años. Su talento la ha convertido en un orgullo de la literatura francesa, y fue admirada por autores como Cocteau y Proust. Sus obras fueron llevadas a Brodaway y Hollywood, aunque por supuesto su nombre apenas aparece mencionado en los libros de texto, más que de refilón, como la mayoría de autoras mujeres.

Para algunos jamás dejó de ser la descarada mujer de vida alegre que jamás escondió su bisexualidad, y que mostraba sus pechos desnudos en los cabarets de Montmartre. Estuvo casada en tres ocasiones, lo cual ya era de por sí algo escandaloso en un país muy polarizado entre la mentalidad conservadora y el liberalismo más revolucionario. Fue la bisexualidad que Colette exhibía sin tapujos en su vida pública y en su obra lo que hacía santiguarse a los más puritanos. Realmente su vida amorosa fue tan variopinta que su biografía parece casi una novela. De hecho, se han publicado varias biografías muy completas de esta fascinante mujer, que merece la pena leer. No solo por sus ajetreos erótico-sentimentales, sino por su historia en general, incluyendo sus logros profesionales que no han sido pocos y que hay que poner en valor.

La fascinante vida de Colette

Colette no nació en una familia rica, pero tampoco le faltó de nada, al menos en sus primeros años. Sus padres le dieron una gran educación y de adolescente leía a Dumas, Balzac, Zola, y disfrutaba de la naturaleza y los animales. Existen multitud de fotos de Colette rodeada de gatos, y solía decir que los compañeros perfectos no tienen menos de cuatro patas. En 1893, con 20 años se casa con  “Willy” Gauthier-Villars, casi quince años mayor que ella, que descubrió que su esposa tenía talento con las letras y la obligó a crear a Claudine, un personaje con el que escribió una saga de novelas, todas firmadas por su marido.

En 1906 se separaron por las infidelidades de él, que era un libertino, también bisexual como Colette, que no perdía el tiempo. La escritura mantuvo relaciones con Natalie Barney, una vieja conocida nuestra también, y con la marquesa de Bellbeuf, Mathilde de Morny, Missy, sobrina de Napoleon III y nieta ilegítima del Zar Nicolás I.

Colette y el cabaret

Juntas se dedicaron a frecuentar los clubs nocturnos, donde Colette actuaba en espectáculos picantes de cabaret. A pesar de todo, apenas tenían dinero y las dos mujeres dormían en estaciones de tren, mientras anhelaban poder comprarse una casa para vivir juntas. Años después, conoció a Henri de Jouvenel, el editor de “Le Matin”, con quien pudo estabilizarse y con quien tuvo una hija.

En aquellos años trabajó como periodista, reportera, crónica de guerra y crítica de teatro. El divorcio llegó cuando a Colette le dio por liarse con el hijo adolescente que su marido había tenido con su anterior esposa. La novela Chéri parece estar inspirada en este periodo de su biografía. Después de aquello, estuvo viajando por todo el mundo, escribiendo, dando conferencias y desarrollándose profesionalmente como una escritora e intelectual de éxito. Su tercer marido fue Maurice Goudeket, un judío a quien salvó literalmente de caer en las garras de los nazis. De mayor padeció una artritis de cadera que la mantuvo muchos años inmóvil, a ella, que nunca había parado quieta.

Te recomendamos indagar más a fondo en la vida de Colette, y por su puesto en su obra. Una gran mujer en todos los sentidos.