La actualidad social es muy complicada, especialmente para las mujeres. Y aún más para las mujeres homosexuales que son víctima de nuevas formas de lesbofobia. En los últimos años, no solo en España, también a nivel internacional, se ha ido presionando sutilmente a las lesbianas para que se expresen utilizando términos más genéricos e inclusivos para referirse a ellas mismas como ‘gay’ o ‘queer’.
Invisibilización de las lesbianas: nada nuevo bajo el sol
El problema es que se trata de términos que no hacen referencia específica a las mujeres. Por lo tanto, podrían considerarse una herramienta para seguir invisibilizando las vivencias lésbicas, así como la discriminación que sufre este colectivo, que es además doblemente oprimido, por su sexo y por su orientación sexual.
En los últimos tiempos también ha comenzado a ponerse en duda la orientación sexual de las personas, pero más específicamente de las lesbianas. Una lesbiana es una mujer que siente atracción sexual y afectiva por otras mujeres, es decir, es una atracción por sexo. Sin embargo, diferentes vertientes de pensamiento sostienen la idea de que la orientación está relacionada con la identidad de género. Por lo tanto consideran que la homosexualidad es una atracción hacia personas con la misma identidad de género.
Esto está provocando que muchas lesbianas se sientan presionadas a aceptar a ‘mujeres lesbianas con pene’ en sus espacios e incluso como parejas sexuales. Las que se niegan a hacerlo, son discriminadas, acosadas, perseguidas e insultadas. Se las ridiculiza afirmado que son c*0fílicas, transfóbicas o se las acusa de tener preferencias genitales que deberían revisar para no discriminar a nadie.
Lesbofobia posmoderna
Esta nueva forma de lesbofobia está haciendo que las mujeres homosexuales vuelvan a estar invisibilizadas, y que incluso estén comenzando a asociarse entre ellas de forma clandestina. Curiosamente esta coacción es principalmente a lesbianas. El fenómeno no se produce en el colectivo gay.
El principal problema de esta problemática es que la presión puede ser muy fuerte para las lesbianas más jóvenes. Por otra parte la censura social, especialmente en redes sociales, puede ser absolutamente destructiva, e incluir cancelaciones, acoso o amenazas. Así pues, muchas lesbianas pueden estar aceptando la idea de que tu interés sexo afectivo debe incluir a todo tipo de personas con tal de que estas se autoidentifiquen como mujeres, y que su biología, su cuerpo y sus genitales, no deben importar. Interiorizar esta creencia puede dar lugar a situaciones que recuerdan un poco a algunas antiguas terapias de conversión, con consecuencias negativas para la psique de estas chicas.
La orientación sexual no se basa en estereotipos de género, ni en la estética de una persona, ni en los roles que adopte en el día a día. Es importante tener muy claro que nadie debe cuestionar ningún aspecto sobre tu sexualidad, ni decirte quién debería atraerte y quién no. Poco a poco están surgiendo asociaciones para brindar apoyo al colectivo ante esta problemática que encubre una lesbofobia que por desgracia no nos es desconocida. Whrc España o Red LGB son algunas de esas agrupaciones que se hacen eco de esta problemática.
Diversidad y aceptación de cualquier minoría, sí, pero sin pisarnos las unas a las otras.
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