Estoy segura de que conoces la obra inmortal de William Shakespeare, Romeo y Julieta, ¿a que sí? Lo que no te esperas es que, como dice el título de este post, vaya a producirse en este drama un giro tan inesperado como un giro lésbico. Que sí, que no me lo estoy inventando. Espera, que te lo cuento.
La Ópera de Israel pone en escena una producción lésbica basada en Romeo y Julieta
En el final de la temporada de la Ópera de Israel, «Los Capuletos y los Montescos» de Vincenzo Bellini se convierte en una obra con un giro lésbico sorprendente. Al igual que ocurre en la trama de Romeo y Julieta, el centro de la historia es el amor prohibido entre Julieta, la hija de la noble familia Capuleto en la Verona del siglo XIII, y Romeo, el hijo de una familia rival, los Montesco. Se trata de una de las historias más conocidas de la cultura occidental, un relato de amor que termina con un fatídico error y la muerte. Pero en la producción israelí, Romeo es una mujer, y la relación amorosa secreta es entre dos mujeres.
El amor entre personas del mismo sexo tiene que ser completamente «normal»
La razón por la cual el director de esta obra, Hanan Snir, se decidió a dar un golpe de efecto es, ni más ni menos, que la pretensión de ser fiel a la obra original de Bellini, en la cual, el papel de Romeo había sido creado para una cantante soprano.
La producción contemporánea de la Ópera de Israel -la primera vez en su historia que pone en escena una producción de Bellini- está codirigida por Snir y Dan Ettinger. La soprano Ella Vasilevitsky, interpreta a Julieta, y otra soprano, Tal Bergman, hace lo mismo con Romeo. Los demás papeles principales también son interpretados por israelíes, como Vladimir Braun, Noah Briger y Eitan Drori. La Orquesta Sinfónica de Rishon Letzion es la encargada de poner la banda sonora a esta obra tan controvertida.
Julieta y Romea, dos adolescentes que juegan y se esconden de sus monjas
Romeo y Julieta (así es como la Ópera de Israel eligió llamar a su producción cambiando el título original de Bellini) es una ópera bastante edulcorada. La música es hermosa; algunos dirán que banal. Destacan los ascensos a la cima de la escala en las arias lentas, que muestran las habilidades de sus protagonistas. En mi opinión, no hay muchas melodías particularmente inspiradoras en la obra, no obstante, todas son bastante acertadas. Por otro lado, los aspectos dramáticos de la ópera plantearon serios retos al director. Este afirmó a un medio israelí que no es ni fácil ni difícil, como cualquier otra ópera.
La obra de Bellini tiene música agradable, y es emocionante, pero en cuanto al drama en sí, es estática. La verdad es que no requiere de mucho movimiento en el escenario. La principal dificultad de esta obra, según el director, es la de dejar bien claro quién se enfrenta a quién.
A lo mejor no eres mucho de ópera, pero aun así, cuéntame en los comentarios qué te parece la idea de que Romeo sea una mujer.
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