Las vacaciones son el momento más deseado y esperado del año, un periodo que nos permite disfrutar de nuestro tiempo libre, viajar, descansar y desconectar de la rutina. Sin embargo, también pueden significar el principio del fin, pues es cuando más rupturas de pareja se producen. No es que queramos ser agoreras, es que lo confirman las estadísticas. Después de las vacaciones es cuando más tasas de divorcios y separaciones se registran, un fenómeno que tienen perfectamente identificado los bufetes de abogados. Y no amigas, no solo les pasa a las parejas hetero. ¿Por qué ocurre esto? ¿Se puede evitar que un idílico viaje a Cancún termine con una disputa por la custodia del perro? Antes de nada hay que conocer los motivos.
Causas de las rupturas de pareja en vacaciones
A lo largo del año el ritmo de vida, de trabajo, obligaciones y vida social, hace que las parejas apenas compartan tiempo de calidad. Algo que se agrava en España donde las jornadas laborales se prolongan hasta última hora de la tarde. Al final, llegamos a casa casi por la noche con la energía justa para cenar algo y ver un capítulo de una serie. Los fines de semana se suelen dedicar a la familia, a los amigos y a las responsabilidades domésticas. Así las cosas, surge una pregunta, ¿conoces realmente a tu pareja? En muchos casos la respuesta es no, y claro, al pasar unas vacaciones juntas podemos descubrir aspectos que no nos gustan tanto.
Las vacaciones en pareja pueden servir para reforzar una relación debilitada, o todo lo contrario. Si la pareja se conoce bien, hacer un paréntesis puede ser útil para recuperar la conexión de los primeros tiempos. Por el contrario, en otras relaciones, este tiempo a solas puede conllevar una sensación de frustración al no cumplirse las expectativas que teníamos puestas en nuestra pareja. Y si además hay temas que se han quedado sin zanjar, es casi imposible que no surjan las discusiones y las dudas sobre la idoneidad de la pareja. De repente surgen diferencias y problemas y no sabemos como gestionarlos con asertividad porque durante los meses anteriores hemos estado ocupadas con nuestras obligaciones y nuestra gente. Esto también puede desembocar en rupturas de pareja.
¿Cómo podemos evitar llegar a este punto?
El primer paso es intentar conocer mejor a nuestra pareja pasando tiempo juntas. No, ver Netflix en el mismo sofá no cuenta, no es tiempo de calidad, porque no os da la opción a entenderos mutuamente. Si trabajamos en esto a diario, tenemos una gran parte ganada. Cuando lleguen las vacaciones podemos aplicar los siguientes consejos.
- Daros espacio. Aunque queramos aprovechar las vacaciones para hacer muchas cosas juntas, es necesario reservar un tiempo para nosotras mismas. Si tu pareja no entiende este punto, mal asunto.
- Ser más flexibles. Cuanto más tiempo pasamos juntas, más conscientes somos de nuestras diferencias, de las manías de la otra, de esas cosas en las que no estamos de acuerdo. Pues bien, en una relación madura hay que ser flexibles y saber que hay que ceder de vez en cuando (unas veces tú, otras ella), para que haya un equilibrio.
- Crecimiento. Las vacaciones y el descanso no tienen por qué significar está todo el día en una tumbona. También puede haber espacio para el aprendizaje. Iniciarse juntas en un nuevo hobby puede ser una gran herramienta para fortalecer el vínculo.
Teniendo todo esto en cuenta podrás disfrutar de tus vacaciones plenamente y sin que se produzcan rupturas de pareja. ¿Quieres compartir tu experiencia?
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