Una de las cosas más deliciosas del verano es tener un poco más de tiempo para leer, por eso queremos aprovechar la época estival para recomendarte la maravillosa obra ‘A Virginia le gustaba Vita’, un libro de Pilar Bellver que recoge una parte de la historia de amor de estas dos insignes mujeres.
Virginia, bisexual, feminista y no monógama
Un frío día de finales de enero de 1882 nacía Virginia Woolf, en Lewes, Londres, destinada a convertirse en una de las novelistas más relevantes del siglo XX y un referente en el feminismo para todas las generaciones posteriores. En marzo de 1941, terminaba voluntariamente con su vida después de una complicada existencia marcada por una enfermedad mental que la obligó a enfrentarse continuamente a sus miedos y sus fantasmas. Tenía 59 años. En sus años más activos publicó una serie de novelas que han pasado a formar parte de la historia de la literatura. Novelas como Al faro, La señora Dalloway, Orlando o Las olas. Además de una de las obras más significativas para el movimiento feminista, Una habitación propia.
Su biografía esta llena de momentos intensos. Recibió una exquisita educación y creció rodeada de las mentes más cultas de la época. Pero la tragedia pronto arrasó con su vida. Desde abusos sexuales continuados hasta la muerte de su familia en un breve intervalo de tiempo, siendo Virginia aún muy joven. Todo ello afectó irremediablemente a su salud mental.
‘A Virginia le gustaba Vita’ de Pilar Bellver
Pero sin duda uno de los pasajes de su historia más comentados fueron sus relaciones afectivas, especialmente la que mantuvo con Vita Sackville-West, que queda perfectamente retratada en ‘A Virginia le gustaba Vita’. Efectivamente, le gustaba, y mucho, tanto que le dedicó una de sus obras más insignes, Orlando, una novela que el hijo de Vita describió muchos años después como «la carta de amor más larga y encantadora en la historia de la literatura».
Virginia se casó a los 30 años con Leonard Woolf. Tomó su apellido, y estuvieron juntos hasta el final de la vida de la escritora, manteniendo siempre un vínculo muy estrecho. Practicaban el amor libre, por lo que la relación de Virginia con Vita jamás fue clandestina. En ‘A Virginia le gustaba Vita’, Pilar Bellver recoge una gran parte de la correspondencia que las dos mujeres se enviaron. Expresaban los sentimientos que se profesaban la una a la otra. El tipo de relación que mantenían en un contexto en el que las lesbianas no estaban bien vistas, y las dificultades de sus vidas cotidianas.
Virginia padecía un trastorno bipolar, que la llevó a sufrir varias crisis nerviosas que la obligaron a ingresar. Sin embargo su productividad como escritora jamás se vio mermada por esta condición y se mantuvo activa hasta el final de sus días. Su relación con Vita duró toda una década aunque al finalizar su romance, conservaron una preciosa amistad. La escritora inglesa sufrió una depresión tras finalizar su última obra, ‘Entre actos’, que coincidió con el estallido de la Segunda Guerra Mundial y los bombardeos de Londres por parte de los nazis, uno de los cuales destruyó su casa. Virginia sintió que no podía soportarlo más y tras escribir una carta de despedida a su marido, se puso un abrigo ton los bolsillos cargados de piedras y se lanzó al río. Su cuerpo tardó en encontrarse 20 días.
Aunque conocemos el triste final de Virginia Woolf, el libro ‘A Virginia le gustaba Vita’ es una oda al amor de dos mujeres que se quisieron con locura en un tiempo prohibido. Apúntatelo como lectura de verano.
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