En los últimos días mucho se habla de fútbol y banderas arcoiris, ya que el mes de junio coinciden dos eventos de gran importancia social: la Eurocopa y la celebración del Día internacional del Orgullo LGBT. La reciente prohibición de la UEFA de iluminar el estadio de Munich en el partido entre Hungría y Alemania con los colores de la bandera, ha generado un gran debate.
Polémica por la bandera arcoiris en la Eurocopa
La organización ha publicado un comunicado oficial donde afirmaba algo así como que todas las forma de discriminación son una lacra en nuestras sociedades y suponen “uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos a día de hoy en el terreno de juego”. Además, la UEFA reconocía que comportamientos racistas, machistas u homófobos ensucian con frecuencia los partidos, así como las conversaciones relacionadas con el deporte. Hasta ahí todo bien. El problema es cuando la organización asegura que quiere mantenerse neutral «a nivel político y religioso”. Y que como la petición de iluminar el estadio se enmarca en un contexto político, han optado por negarse a ello.
Para compensar esta negativa, la UEFA ha propuesto que la ciudad de Múnich ilumine el estadio con la bandera el 28 de junio en conmemoración del Día internacional del Orgullo LGBT, o bien la semana del 3 al 9 de julio, para evitar conflictos diplomáticos con la delegación húngara.
Recordemos que la petición de iluminar el estadio en este partido en concreto (Alemania-Hungría), tenía como objetivo responder a una legislación que el parlamento húngaro anunciaba recientemente. Esta nueva ley pretende prohibir hablar de homosexualidad en las escuelas del país. Una polémica medida que se enmarca dentro de un proyecto de ley que busca luchar contra la pedofilia y que prohíbe también la exposición a menores a pornografía o cualquier contenido que propicie la homosexualidad o ideas transgeneristas.
Represión en Hungría contra la comunidad LGBT
Un nuevo ataque a la comunidad LGBT que se suma al amplio listado de despropósitos y retrocesos en materia de igualdad del presidente ultraconservador húngaro Viktor Orban. Por ejemplo la prohibición de adopción para las parejas del mismo sexo. O la negación del cambio de sexo en los registros oficiales de los ciudadanos trans. El alcalde de Múnich, Dieter Reiter, quiso solidarizarse con el colectivo LGBT del país. Por ello que propuso iluminar el estadio con la bandera arcoiris en la Eurocopa, precisamente en el partido se disputaban Alemana y Hungría. Al final esta solicitud ha sido denegada por considerar se le pretendía dar un uso político a una competición deportiva.
El Ayuntamiento de la ciudad, poco después, publicó un comunicado afirmando que Munich es una ciudad firmante comprometida con la igualdad, la tolerancia y la diversidad, en todos los ámbitos. Tanto en la calle como en el deporte. Así pues para mostrar solidaridad con la comunidad, se ha decidido que se colocarán banderas y estandartes LGBT en los edificios oficiales durante la celebración del partido. Péter Szijjártó, el ministro de Esteriores de Hungría ha opinado que es peligroso y dañino mezclar política y deporte. Y como ejemplo ha remitido a la Alemania nazi, “si alguien lo sabe a ciencia cierta son los alemanes”.
Muchos jugadores, exfutboistas y jugadores se han mostrado contrarios a la decisión de la UEFA en relación a prohibir la bandera arcoiris en la Eurocopa. El portero del equipo alemán estuvo en el punto de mira por jugar con un brazalete con la bandera LGBT. Se valoró aplicarle una sanción, pero finalmente no hubo procedimiento disciplinario.
¿Qué opinas tú de todo esto? ¿No crees que cada vez hay reacciones más polémicas cuando se saca la bandera? ¿Estamos retrocediendo?
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