¿Te has dado cuenta de que las lesbianas siempre mueren en televisión? A ver, no el 100% de las veces, pero con una frecuencia que resulta sospechosa. Es verdad que la visibilidad del colectivo lésbico en el medio audiovisual es cada vez mayor, pero la representación de las mujeres no heterosexuales todavía está sesgada en base a prejuicios y sujeta a un concepto que se conoce como ‘trope’.
¿Por qué las lesbianas siempre mueren en televisión?
El término ‘trope’ hace referencia a las convenciones o clichés que se utilizan en la ficción audiovisual para la construcción de personajes, y generalmente es la misma para las diferentes producciones. Es un recurso que asegura que la audiencia va a identificar rápidamente la trama o el personaje. Algunos ejemplos son el personaje del villano o el de héroe, el gracioso, o convenciones en las tramas como el clásico viaje del héroe.
La representación de las mujeres lesbianas en la televisión comenzó a incrementarse especialmente a partir de los 2000, gracias a series como la de ‘Ellen’, con Ellen Degeneres, ‘Buffy Cazavampiros’ o ‘The L Word’. Poco a poco ha ido aumentando el número de personajes LGTB en la ficción, y hoy día es bastante fácil encontrar alguna trama donde aparezca alguna mujer lesbiana o bisexual. Pero la cuestión es, ¿se les está representando correctamente?
En realidad ser lesbiana es un peligro, al menos por lo que se da a entender a partir de los terribles y trágicos finales en muchas series de televisión. Una de las muertes que más impactaron a las espectadoras fue la de Lexa, una de las protagonistas lesbianas de Los 100, muy querida por los fans de la serie. El impacto fue tal que el colectivo de mujeres bisexuales y lesbianas se movilizó, para denunciar que la industria audiovisual mata a estas mujeres de forma sistemática, y en la mayoría de los casos de forma violenta.
Después de la de Lexa se aniquilaron a otros personajes LGBT en series muy populares como a Felicity en ‘The Catch’ que muere de un disparo a manos de un hombre, Mimi Whiteman y Camilla, de ‘Empire’, que mueren ambas envenenadas, o Mary Louise y Nora en ‘Crónicas Vampíricas’ que se suicidan. Por citar algunas, seguro que si haces memora podrías dar más ejemplos.
Apenas hay finales felices
No faltará quien diga que también mueren personajes heterosexuales. Evidentemente, pero en proporción al porcentaje las lesbianas son liquidadas en mayor número. Desde finales de los años 70 hasta 2016 un 35% de las lesbianas en series de producción norteamericana, terminan muertas en la trama. Las que no mueren, en muchos casos sufren un destino terrible, y solo el 16% tiene un final feliz. ¿Qué tipo de mensaje transmite eso a las niñas y a las lesbianas más jóvenes? ¿Cómo va a ser fácil salir del armario si en los referentes audiovisuales ser lesbiana es una condena?
¿A qué se debe este destino maldito por el que las lesbianas siempre mueren en televisión? Como decíamos se debe al ’trope’, ese convencionalismo que sigue presente como recurso en la ficción. Generalmente en las películas de terror sabemos cuándo un personaje va a morir. Una estética diferente, un comentario inapropiado, una personalidad demasiado fuerte o extravagante… y sabemos que va a caer en las manos del asesino. Esto no es casual ni aleatorio. La industria audiovisual penaliza a los personajes transgresores, a los que se comportan de forma poco aceptable, los que rompen con lo establecido. Y lo hace porque es la audiencia quien lo desea. Terrible, ¿verdad?
¿Qué podemos hacer? Seguir quejándonos y destacando la importancia de la diversidad en la representación audiovisual, pero sobre todo, permitiendo que las mujeres tengan mayor influencia dentro de la industria, que hoy por hoy es predominantemente masculina. Solo contratando a mujeres LGTB (o aliadas heterosexuales) para escribir, producir y dirigir historias de ficción, podremos comenzar a cambiar el discurso.
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