Recientemente una popular vloguera lesbiana llamada Arielle Scarcella provocó un fuerte revuelo en redes sociales al anunciar públicamente que ya no se sentía parte del movimiento LGBTQIAA +. Scarcella es de Estados Unidos y tiene más de 600.000 seguidore en Youtube donde sube vídeos sobre sexualidad, mujeres y cultura. Con el tiempo se ha convertido en un referente para el colectivo lésbico para muchas mujeres de habla inglesa. Ahora, según ella ha confesado, admite sentirse cancelada y acosada por el colectivo arcoiris que supuestamente es su propia comunidad.
Lesbianas, gays y bisexuales que buscan una nueva comunidad
Pero ella no es la primera persona lesbiana, gay o bisexual que decide abandonar el colectivo multicolor. En 2019, en Reino Unido, surgió la Alianza LGB, en cuya fundación participó uno de los miembros fundadores de Stonewall. Con este nuevo proyecto se pretende reagrupar a un movimiento político que luche exclusivamente por los intereses de las personas no heterosexuales. Lejos de las múltiples identidades de género y orientaciones sexuales que se han ido incorporando en los últimos meses al movimiento.
Esta deserción del movimiento, que por un tiempo se conoció como LGBT, y que cada vez ha ido añadiendo más siglas, es un fenómeno creciente. En España también están apareciendo nuevas agrupaciones que buscan reconducir el discurso y volver a enfocarlo en el objetivo inicial del movimiento social: luchar por los derechos de lesbianas, gays y bisexuales, y rebelarse contra las imposiciones sexistas del género. Crear un grupo para promover y reclamar los intereses políticos de este grupo, implica necesariamente definir quienes componen a dicho grupo, es decir el sujeto político de la lucha social. Por lo tanto, se requiere un grado de autodefinición, lo que es inevitablemente excluyente.
Una situación creciente de lesbofobia
Sin embargo, a medida que se van agregando grupos y grupos a favor de la inclusión, cada vez es más complicado discernir la naturaleza de los intereses comunes del grupo. Si todo el mundo de una forma o de otra, pertenece al colectivo LGBTQIAA +, todo el mundo sufre algún tipo discriminación. De esta forma, los reclamos de las personas LGB quedan totalmente diluidos en una maraña de iniciales interminable.
Por otra parte, la situación de las lesbianas es cada vez más complicada, tal y como explicaba Scarcella. Las mujeres lesbianas sufren una discriminación adicional, por ser mujeres en una sociedad patriarcal, y por su orientación sexual. Sin embargo, la cada vez más frecuente confusión entre sexo y género está provocado situaciones de acoso y cancelación hacia muchas mujeres lesbianas que no desean tener relaciones románticas o sexuales con hombres autoidentificados como mujeres o con mujeres trans.
En muchos casos, las mujeres que se atreven a expresarlo sufren hostigamiento, y pueden llegar a perder el trabajo o enfrentarse a procesos judiciales. Los colectivos LGB defienden que estos intentos de obligar a las mujeres lesbianas a creer que los genitales masculinos pueden ser femeninos, son un tipo de agresión sexual y un ataque para sus derechos y su propia existencia.
Se avecinan tiempos polémicos y muy complicados a nivel social. ¿Quieres compartir tu opinión sobre este tema?
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