¿Sabías que existen diferentes tipos de atracción? Seguramente sí, porque los habrás experimentado todos, o parte de ellos, sin darte demasiada cuenta de que eran emociones diferentes. El tipo de atracción varía según la relación que tengamos con esa persona que tanto nos interesa, y es interesante saber reconocerlo para ser capaces de ponerle nombre a lo que estamos sintiendo y actuar en consecuencia. Cada forma de atracción tiene sus particularidades, y algunas están más relacionadas con la curiosidad y la amistad, y otras con deseos de más intensidad, como el sexo o el amor. Vamos a ver cuáles son.

Atracción romántica

Este tipo de atracción no tiene por qué estar vinculado al deseo sexual. De hecho, muchas personas asexuales experimentan una fuerte atracción romántica por otras personas. Se trata del deseo de establecer una conexión emocional profunda con otra persona, que puede incluir o no, contacto físico. Suele aparecer tras haber creado un vínculo de amistad con alguien, y llegado un momento sentimos que queremos más, tener una relación más estrecha, dejar de ser amigas y convertirnos en su pareja.

Atracción de amistad

Es el tipo de atracción más común, aunque no se suele interpretar como una atracción. Sin embargo lo es, y no son pocas las amistades que se forjan tras una especie de flechazo. Es el deseo de compartir momentos de nuestra vida con una persona en la que confiamos y que nos proporciona sensaciones muy positivos de satisfación y bienestar emocional.

Atracción física o sexual

Es la atracción puramente carnal que sentimos cuando nos gusta una persona. Es uno de los tipos de atracción más intensos, ya que involucra un montón de ingredientes hormonales y neuroquímicos, como la adrenalina, la oxitocina o la dopamina, que pueden llegar a gobernar totalmente nuestros actos y decisiones. Provoca necesidad de cercanía y contacto físico con la persona a la que deseamos, y ese deseo puede estar provocado por factores muy diferentes.

Atracción sentimental

Se parece mucho a la atracción romántica porque se basa en el aspecto emocional de las relaciones interpersonales. Pero en este caso los sentimientos no tienen por qué ser de tipo romántico. Es decir, podemos experimentar una atracción sentimental por cualquiera: un amigo, un familiar, una amante, sin tener deseo o necesidad de establecer un vínculo de pareja. Ocurre cuando alguien despierta en nosotros sentimientos muy intensos como por ejemplo, admiración, orgullo, alegría, etc.

Atracción sensual o sensorial

Este tipo de atracción está relacionada con el contacto físico, pero no necesariamente con la sexualidad. Una relación podría definirse como sensual cuando hay una gran proximidad y cercanía, y los abrazos, las caricias y los arrumacos tienen un gran protagonismo. Cuando alguien nos atrae sensorialmente queremos tener a esa persona cerca y tocarla, y puede ser un amigo, una pareja, los hijos, o incluso nuestros perros.

Atracción intelectual

La atracción intelectual surge del deseo de querer conocer intelectualmente a una persona, cuando nos fascinan sus opiniones, su forma de expresarlas, sus pensamientos, su cultura o sus razonamientos. Se suele relacionar con lo que se conoce como sapiosexualidad, que es el término que se usa para definir la atracción sexual por personas inteligentes. Hay quien dice que no es una orientación sexual como tal sino una preferencia, como el hecho de que nos llamen más la atención las mujeres altas, o las de pelo corto.

¿Conocías todos los tipos de atracción? ¿Cuál experimentas más a menudo?