Una ruptura amorosa es un proceso psicológico muy complejo y difícil que nos enfrenta a situaciones y emociones muy intensas, a veces desbordantes, llenas de contradicciones, dudas, tristeza y dolor. Pero ya que hemos de pasar por algo así, podemos hacer que sea algo menos complicado y superar el duelo poco a poco, de forma natural, pero sin prolongarlo en exceso y sin que resulte realmente angustiante. Una ruptura puede interpretarse como una nueva oportunidad para revisar nuestra vida, en vez de entenderla como un suceso trágico que nos quita la ilusión. Para ello, es importante que tengamos en cuenta los siguientes aspectos.

Respeta la vida de la otra persona

Una vez que habéis llegado a tomar la decisión (de mutuo acuerdo o unilateral), de romper, cada una tendrá que aprender a respetar la privacidad de la otra. Es comprensible que esto pueda ser complicado si se ha estado conviviendo con la ex pareja, compartiendo actividades, lugares y momentos cotidianos. ‘¿Qué estará haciendo ahora?’, ‘¿Dónde?’ y la más terrible: ‘¿Y con quién?’, son preguntas frecuentes que se pasan por nuestra cabeza. Pero hay que aceptar que ya no nos incumbe ni debemos cuestionar nada de la vida de nuestra ex. Esto, además de prolongar el proceso de sanación, puede generar muchas nuevas discusiones, en los casos en los que se tenga que mantener el contacto (por ejemplo, hijos en común, trabajar juntas, etc.).

Evita el morbo virtual

Las redes sociales han complicado cualquier ruptura amorosa, y han hecho que el proceso sea aún más duro. Quién más y quién menos, ha sentido la tentación de stalkear a su ex, especialmente en los primeros tiempos, para comprobar si está en línea, qué fotos publica, o qué novedades hay en su vida. Aquí entra el autocontrol, y el botón de bloqueo. Recuerda, ya no sois pareja, y tu ex está reorganizando su vida, tal y como tú tienes que hacer con la tuya. Vigilar sus redes sociales es una de las peores cosas que te puedes hacer, de verdad.

Evita los impulsos

En todo proceso de ruptura hay altibajos, momentos en los que la soledad parece insostenible, o momentos nostálgicos en los que te olvidas de los motivos por los que rompisteis y empiezas a dudar de que la decisión fuese la correcta. Muchas parejas en proceso de ruptura caen en estas emociones impulsivas, y vuelven a quedar para hablar, o incluso mantienen relaciones sexuales, y al final en vez de una sola ruptura, tienen que experimentar varias hasta que llega la definitiva. Un desgaste psicológico y una pérdida de tiempo a efectos prácticos. Si la relación está rota, hay que dejarla ir cuanto antes.

Contacto cero

Para evitar caer en los errores anteriores, la recomendación de los expertos es aplicar lo que se conoce como contacto cero. Consiste en eso mismo, evitar todo contacto con la otra persona durante el tiempo suficiente para superar la ruptura amorosa. No significa que tengamos que dejar de hablar para siempre a nuestra ex, pero si el duelo inicial se vuelve demasiado duro y obsesivo, es preferible cortar por lo sano, hasta que estés de nuevo preparada para recuperar una relación cordial.

Esperamos que estos consejos te ayuden, aunque preferimos que no tengas que pasar por esta experiencia.