Pues sí, chicas. Las lesbianas estamos y estaremos eternamente malditas para las altas esferas de la Iglesia. Y es que el Vaticano ha decidido que no hay posibilidad de que los sacerdotes aprueben las bendiciones para lesbianas que estén casadas o que vivan en pecado.
Qué le vamos a hacer… tampoco nos extraña, ¿no? Al menos a mi.
Los sacerdotes no pueden dar sus bendiciones para lesbianas
El Vaticano, que es donde están los que mandan en la Iglesia católica, ha sacado una ley por la cual prohíbe expresamente a sus sacerdotes dar bendiciones para lesbianas, bueno para homosexuales en general, y además, en el caso de que esa pareja ya haya sido bendecida, se le anula. Según parece, esta medida ha salido a raíz de que algunas diócesis de distintos países hayan solicitado de manera formal poder hacerlo.
La responsable de elaborar esta ley ha sido la oficina encargada de la doctrina del Vaticano, la Congregación por la Doctrina de la Fé, y el Papa Francisco la ha aprobado. La verdad es que es un poco contradictorio todo con las declaraciones que el Pontífice ha realizado acerca de la homosexualidad en varias ocasiones.
Lo que dice Dios al respecto (o lo que dice la Iglesia que dice Dios)
El documento que elaboró la Congregación afirma que es imposible que Dios bendiga cualquier pecado, por pequeño que sea. Es verdad, por supuesto, que Él puede bendecir a los que pecan, pero siempre que el hombre acepte que esas bendiciones para lesbianas son parte del plan que tiene para nosotros los mortales, y cambiemos. O sea, para mi es algo como «o vosotras las homosexuales cambiáis y os gustan los hombres o no os perdono». Claro, muy misericordioso todo.
También afirma la Congregación que con esta medida no se busca discriminar a nadie, sino recordar cómo es la verdadera liturgia del sacramento sagrado del matrimonio, así como la verdadera naturaleza de las bendiciones. Bueno, yo tengo mis reservas al respecto, pero vale.
Lo que responde el Vaticano a la petición de las diócesis
Como te digo, el Vaticano sacó esta ley después de que parroquias y sacerdotes en países como Estados Unidos y Alemania hayan empezado a dar bendiciones para lesbianas y gays que no pueden casarse por la Iglesia. Esta imposibilidad hizo que algunos obispos pidieran que se pudiera legalizar esa bendición, a lo que han encontrado la oposición frontal de la Santa Sede.
Los católicos reconocen que el amor entre parejas que se comprometen y que son del mismo sexo es sagrado, y reconocen este amor como un amor inspirado y apoyado por Dios. Por esa razón, cumple con el estándar para que se pueda bendecir.
A ver. Partamos de que creo fundamental que todas las creencias se respeten, siempre y cuando nadie intente imponerte una que no quieres. La cuestión es que, aunque a mi me parezca incongruente, hay personas que creen en Dios y en la iglesia, aunque esta institución no apruebe el estilo de vida de las lesbianas.
¿Qué te parece a ti?
Me alegra que la Sede Petrina cumpla con su deber y cuide de reafirmarnos siempre a los feligreses en la enseñanza bíblica y apostólica sobre la naturaleza del matrimonio como unión entre varón y mujer, sobre todo cuando ve que se están extendiendo rebeldías dentro del seno de la Iglesia que promueven la confusión y el desconcierto de los fieles menos formados sobre el asunto y así peligren de poder acabar cayendo en el error.
Lo único que noto impreciso en el artículo es la afirmación de que el documento haya mandado que las homosexuales tengan que volverse heterosexuales, ya que para la Iglesia basta con que vivan en castidad y así se mantienen libres de cualquier pecado. Por lo demás, la información es fiel y correcta.