¿Te has preguntado alguna vez cómo es ser lesbiana en Japón? Como en cualquier país, la aceptación de la homosexualidad en Japón ha ido variando a lo largo de la historia. Aunque comenzó a verse de forma negativa hace tan solo un par de siglos. Esto se debió principalmente a la llegada de los ideales y tabús occidentales. En los periodos anteriores a la era Meji (entre 1868 y 1912), las relaciones entre personas del mismo sexo se asumían como algo bastante normal. En el periodo Helan, incluso, eran habituales las relaciones ente monjes y samuráis. Pero después de la segunda guerra mundial se produjo un cambio de mentalidad y de valores. Y la homosexualidad, tanto masculina como femenina, adoptó una consideración muy negativa.
Paso a paso hacia una mayor tolerancia
En la actualidad, la mentalidad de los japoneses se está abriendo de nuevo poco a poco, y la homosexualidad se comienza a acepta como algo normal y natural, aunque con una libertad de expresión muy limitada. Para entender esto hay que mencionar el fenómeno social tatamae y honne, que pauta cómo deben comportarse las personas en el ámbito social. En Japón el hecho de mostrar los sentimientos en público, se considera algo incorrecto, de mal gusto, exhibicionista. Por eso son muy reservados a la hora de exponer públicamente algo personal que implique emociones o sentimientos.
Por otra parte la población del país no es precisamente joven, la mayoría superan los 50 años, lo que significa que una gran parte de la sociedad ha sido educada en el rechazo hacia la homosexualidad. Las generaciones más jóvenes sí se muestran más tolerantes y aceptan con normalidad a las minorías, incluso su visibilización en público. Así pues, poco a poco, con la influencia de internet y las redes sociales, se camina hacia un Japón más tolerante.
En el ámbito laboral, es más difícil, ya que dentro del imaginario, el trabajador japonés o salary man, solamente podrá ascender en la escala social si lleva una vida tradicional incluyendo un matrimonio, preferiblemente con algún hijo. Es algo que está muy relacionado con el concepto de sekentei, que es algo así como encajar en la sociedad. Y una de las cosas que está bien visto es el matrimonio heterosexual.
Se trata de cumplir con lo que la sociedad espera de nosotros, algo que podemos comprender también en occidente, pero que en la cultura nipona cobra aún más importancia por el gran valor que le dan a lo colectivo, por encima de lo individual. Esto hace que muchas personas prefieran mantener oculta su orientación sexual. En cuanto a las mujeres, el ideal de éxito es que se casen antes de los 30 y tengan hijos pronto y se dediquen al hogar y la familia.
La dificultad de ser lesbiana en Japón
En Japón hay una comunidad lesbiana muy amplia, aunque por esta fuerte presión social, muchas prefieren mantenerse ocultas. Las lesbianas de este país aún son consideradas hen o kawarettu, que significa ‘raras’ y ‘extrañas’. Es frecuente la convicción de que la orientación sexual de una lesbiana tiene su origen en problemas familiares. También hay quien piensa que es una especie de dolencia o apetencia que se puede cambiar. Las opciones para una lesbiana en Japón son muy pocas. El famoso barrio de Shinjuku es la zona por excelencia donde se reúnen las personas LGTB, pero solamente hay una docena de locales para mujeres, en comparación los 400 bares para gays o clubs mixtos.
Aun así Japón, comparado con otros países asiáticos, es uno de los más liberales en lo que ser refiere a derechos LGTB, lo que nos da una idea de lo mucho que queda por hacer en esa región del mundo. Actualmente, en algunas subdivisiones se han aprobado políticas que permiten a las parejas del mismo sexo asociarse, aunque se trata de un certificado que no tiene nada que ver con el matrimonio. La idea de familia tradicional está muy arraigada en el país nipón, así que cualquier mínimo reconocimiento a las parejas homosexuales, es un gran avance. Si bien la homosexualidad no está penada, ser lesbiana en Japón no es nada fácil.
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