A veces puede ocurrir que nos veamos envueltas en una situación de discriminación e incluso de agresión y no sepamos como actuar. Es completamente normal, por eso es importante tener claro qué pasos conviene seguir en el caso de tener la mala suerte de ser víctimas de una agresión, algo que por desgracia sigue ocurriendo. Afortunadamente en España, el colectivo LGTBI cuenta con leyes específicas destinadas a protegernos como minoría, pero para que se cumplan estas leyes y reclamar justicia hay que seguir algunas pautas.

Las leyes nos protegen de la discriminación

El hecho de que la ley proteja a este colectivo no implica que a nivel social no se den conductas de discriminación (aún tendrán que pasar muchas generaciones), incluyendo casos de agresiones, verbales y físicas. Los cambios de mentalidad suelen producirse poco a poco, con el apoyo de cambios legislativos, y el trabajo incansable de los grupos activistas que se esfuerzan diario por normalizar la realidad de las minorías.

Aun así, hay personas, por motivos muy variados, empeñadas en negar que la homosexualidad es una condición natural y que se sienten violentadas por la presencia de personas LGTB que se muestran abiertamente. Por lo general, este tipo de agresores suelen ser hombres que reaccionan bruscamente ante la evidencia de que se encuentran ante mujeres u hombres homosexuales, que no se escoden ni se avergüenzan.

¿Qué es un delito de odio?

Los datos indican que en España los delitos por homofobia superan en número a las conductas de discriminación racista. Pero en este punto conviene aclarar qué se considera delito de odio, porque es algo que puede ser confuso, y sin embargo es fundamental saber identificarlos para exigir el cumplimiento de la ley. Un delito de odio se puede definir como una conducta discriminatoria o violenta, que responde a prejuicios. Algunos ejemplos:

  • Amenazas
  • Mobbing o discriminación en el ámbito laboral
  • Denegación de prestación de servicios (que te echen de una tienda o no te atiendan en un local, etc.)
  • Trato degradante
  • Mensajes de incitación al odio, directos o indirectos
  • Agresiones físicas

¿Qué hacer ante una agresión?

Los pasos a seguir son los siguientes. Primero hay que pedir el contacto a los testigos de la agresión, si los hubiere, ya que su testimonio es muy importante para la investigación y el juicio posterior. Si se ha producido una agresión física, hay que acudir a un centro de salud para recibir atención y obtener un parte de lesiones. A continuación, hay que poner la denuncia. Esto se puede hacer en tres organismos: en las autoridades policiales, locales, autonómicas o nacionales; en el Juzgado de Paz o de Instrucción que corresponda según el domicilio o en la Fiscalía Provincial donde suelen contar con una figura específica para investigar delitos de odio (Fiscal para la Tutela Penal de Igualdad Contra la Discriminación).

El trámite de la denuncia es bastante sencillo, solo hay que cumplimentar algunos datos personales, describir con detalle lo sucedido, así como al agresor o agresores, aportar el parte de lesiones, los datos de los testigos y, si es posible, pruebas que confirmen que la agresión ha sido motivada por prejuicios homofóbicos (por ejemplo, insultos específicos).

Si te has visto en una situación así, no la afrontes en soledad y apóyate en tus personas de confianza. Recuerda también que en todas las ciudades existen asociaciones LGTB que pueden brindarte el asesoramiento que necesitas para enfrentarte a este tipo de hechos. Y sobre todo, no olvides que es importante denunciar, por nosotras y por el resto del colectivo.